ansiedad por comer

Como controlar la ansiedad por comer: Soluciones

La ansiedad por comer es un mal cada vez más común, o al menos, yo siento que cada vez recibo en consulta a personas con más problemas de este tipo.

Bajo mi punto de vista, esto se debe a dos razones: un ritmo de vida cada vez más estimulante y estresor, y una mayor oferta industrial de productos pocos recomendados.

Dicho de otro modo, vivimos al límite y tenemos siempre a mano algo que llevarnos a la boca.

En este artículo vamos a comprender qué nos lleva a comer por ansiedad y cómo combatirlo. ¿Te vienes?

¿Por qué se dice que comemos por ansiedad?

Esto es un clásico, seguro que has escuchado varias a veces a otras personas o a ti mismo/a, decir: “es que no tengo hambre, como por ansiedad”.

Realmente, de lo que tiene sentido hablar, es de regulación emocional. Es decir, la comida es un ansiolítico natural. Sobre todo aquella rica en carbohidratos.

En algún momento de nuestras vidas, hemos aprendido a reemplazar el mal estar con comida. Eso ha quedado grabado a fuego en nuestra mente, y desde entonces, cuando nos aburrimos, sentimos insatisfechos, angustiados o cualquier otro sentimiento desagradable, comemos.

El problema es que a veces esto, se nos descontrola y llega un punto en que ya no somos dueños/as de lo que hacemos. O al menos, así, lo sentimos.

Por esta razón, cuando tenemos un mal momento y se nos aparece la idea de comer, damos por hecho que no nos vamos a poder controlar. Esto genera ansiedad, y finalmente, acabamos comiendo para relajarnos.

Es lo que se conoce como la pescadilla que se muerde la cola.

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¿Por qué la ansiedad por comer suele ser por el dulce?

Los atracones de comida pueden ser tanto con alimentos salados como dulces, pero es cierto que suele ser más frecuente lo segundo.

Quizás no tanto como atracón, pero sí, un no parar poder de picotear.

Esto se debe a algo biológico. Nuestros antepasados no sabían cuando iban a comer. Salían a cazar y si lo conseguían bien, sino, a pasar hambre.

Es decir, no tenían un supermercado al que acudir para comprar rodajas de merluza.

El caso es que para ellos, encontrarse un panel con miel, es lo que mejor que les podía pasar. La miel es prácticamente azúcar (80%) y es un gran aporte energético que si no se utiliza, se convertirá en grasa.

Nuestro cuerpo aprendió a suspender la respuesta de saciación con el dulce, como una respuesta de supervivencia.

Esta es la razón por la que cuando más azúcar tomamos, más queremos. Ahora ya sabes porque te cuesta tanto tomarte sólo una onza de chocolate.

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¿Por qué me ocurre más por la noche?

De nuevo, los atracones o sobreingestas pueden ocurrir en algún momento, pero algo que me verbalizan muchos mis pacientes es que por la noche se descontrolan más. Esto suele ser una mezcla de malos hábitos y costumbres.

En cierto modo esto es normal que pase. La noche es el momento del “descanso del guerrero/a”. Es cuando nos relajamos y nos premiamos.

Muchas personas están acostumbradas a hacer el resopón, que es una especie de recena o picar algo mientras ven la televisión por la noche.

Por otro lado, otro de los problemas frecuentes es llegar a la cena tras largas horas sin haber ingerido nada. Por ejemplo, saltarse la merienda.

¿Cómo me puedo quitar la ansiedad por comer?

Lo primero que quiero dejar claro, es que este post es informativo. Sería imposible en un artículo dar respuesta a algo tan complejo.

Sin embargo, si que hay cosas que puedes comenzar a hacer como por ejemplo: incluir más alimentos saciantes en tu dieta, incluir harinas integrales, hacer más comidas al día, no hacer compensaciones, étc.

Y por el otro lado, tenemos la parte psicológica.

¿Qué tienen que ver las emociones en esto?

Las emociones, pese a que esté muy dicho ya, tienen mucho que ver en esto, ya que en el fondo estamos hablando de un problema de autocontrol.

Como te explicaba antes, el tema de la ansiedad por comer es algo aprendido. Es decir, nuestro cerebro ha asociado ciertos tipos de alimentos con una estrategia de evasión y desconexión.

Por eso es normal que si hemos tenido un mal día en el trabajo, nos aburrimos o estamos preocupados, nos acordemos de comer.

Uno de los primeros pasos que hay que dar controlar la ansiedad por comer es aprender identificar estos disparadores que nos sugieren comer.

¿Es hambre real o emocional? ¿Y en el caso de que sea emocional, qué es lo que me está empujando a comer? ¿Qué quiero callar?

Esto sólo es el comienzo

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¿Tiene tratamiento este problema?

Sí, por supuesto. Estas pautas que te acabo de dar son sólo algunas ideas preliminares. Lo ideal es combinar tanto el tratamiento psicológico con el tratamiento nutricional.

En ocasiones, incluso puede ser necesario incorporar también el tratamiento farmacológico para reducir un poco la impulsividad y comer comenzar a trabajar.

Si no sabes como conseguir pacientes a través de Internet, esta guía te dará claridad.