Hace poco una amiga me comentaba que una de sus compañeras de trabajo se había enfadado con ella por no cambiarle el turno. Mi amiga refería sentirse fatal. No sabía cómo decirle que no podía cambiarle el turno por la imposibilidad de trabajar tantas horas seguidas. Ella sabía que yo soy psicóloga y me preguntaba intrigada, ¿qué es la asertividad? ¿podrías darme ejemplos de asertividad?
¿Qué es la asertividad?
Cuando hablamos de asertividad razonada nos referimos a un concepto que está íntimamente ligado con la inteligencia emocional. Es decir, se puede relacionar el hecho de tener una buena asertividad con la capacidad para entender, sentir, controlar y manejar las emociones. Y no solo las propias emociones sino también las de las personas que nos rodean.
Si te interesa mucho el tema de la asertividad razonada y cómo trabajarlo, te recomiendo ver este vídeo de Laura Rojas, psicóloga experta en asertividad y que ha escrito los libros más conocidos sobre comunicación asertiva.
Existen diferentes estilos para comunicarnos y relacionarnos con los demás: estilo agresivo, estilo pasivo y estilo asertivo. Digamos que el estilo agresivo y el estilo pasivo son los dos extremos de la escala, como el blanco y el negro. Entre medias de ambos encontraríamos el estilo asertivo, el equilibrio, el gris que debemos buscar. A grandes rasgos y para diferenciar los 3 estilos podríamos decir lo siguiente:
¿Es lo mismo asertividad que empatía?
Por un lado el estilo agresivo se caracteriza por la falta de empatía y la búsqueda exclusiva de los propios intereses. Existe falta de autocontrol y actitud defensiva. En lugar de buscar un acuerdo entre ambas partes se centran en discutir y atacar.
Por otro lado el estilo pasivo muestra sumisión y miedo a las críticas. Es por ello que ante cualquier mínimo conflicto se busca evitarlo por todos los medios para no tener que defenderse.
La asertividad implica un estilo de comunicación basado en la empatía y en la defensa de los propios intereses de manera firme y razonada. El objetivo principal en todo momento es llegar a un acuerdo siempre desde el respeto hacia la otra parte. Una buena asertividad al mismo tiempo que unas adecuadas habilidades sociales son fundamentales. De esta manera mi amiga no hubiese tenido ninguna dificultad para expresar su negativa ante su compañera de trabajo.
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Ejemplos de asertividad
Pensemos en la situación de mi amiga como ejemplo de asertividad para poder diferenciar los 3 estilos.
Casos de asertividad buena y mala:
- Compañera de trabajo: “Necesito cambiar mi turno de tarde contigo para poder hacer unas tareas importantes que me han surgido”.
- Mi amiga utilizando el estilo agresivo: “Me da igual lo que tengas que hacer, no me importa lo más mínimo. Apáñatelas como puedas. No puedo cambiártelo pero aunque pudiese no lo haría”.
- Mi amiga utilizando el estilo pasivo: “Ehm… claro… es cierto que tengo turno de mañana pero bueno… haré también el turno de tarde… Ya me apañaré como pueda, no te preocupes…”
- Mi amiga utilizando un estilo asertivo: “Entiendo que necesites cambiar tu turno, yo lo haría encantada si no tuviese que hacer tantas horas seguidas. Al tener que trabajar por la mañana y a medio día, hacerlo también por la tarde y hasta la noche no me va a ser posible. No voy a aguantar. ¿Por qué no se lo pides a Lucía? Puede que ella sí pueda cambiártelo”.Ser asertivos en el trabajo.
¿Cómo hablar asertivamente? Ejemplos prácticos
Para saber cómo hablar asertivamente es importante no caer en algunos errores bástante frecuentes, vamos a verlos con ejemplos:
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Mensajes yo, no tú: Tú eres…en vez de me siento…
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Generalizaciones: siempre, nunca….
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Reproches: “Tendrías que haberte acordado de…”
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Competir en vez cooperar: En una discusión de pareja no busca solucionar, si no ganar.
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Acusar y buscar culpables: Olvidar lo importante a fin de señalar únicamente quién se ha equivocado.
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Dar por hecho que no tenemos porque argumentar lo que solicitamos: Le pedimos un cambio a un amigo por algo que nos molesta, pero no le explicamos porque nos molesta.
¿Qué significa ser una persona asertiva?
Ser una persona asertiva no significa hacerlo todo bien ni que cada cosa que digamos sea perfectamente correcta. En el curso lo explico bastante, pero ser asertivos es sobre todo una actitud (actitud asertiva) y una forma de relacionarnos con las demás personas desde la sinceridad y la vulnerabilidad.
Es una forma de construir relaciones sanas y también, de ser cómo realmente somos.
También debemos tener en cuenta que ser personas asertivas no es solamente controlar lo que decimos, si no también otros aspectos del lenguaje cómo el no verbal: gestos, tono de voz, étc.
¿Cómo ser asertivos en el trabajo?
Si nos paramos a pensar en el tiempo que pasamos en el trabajo y el que invertimos en casa con nuestros familiares o amigos, ¿parece que la balanza está muy equilibrada, no?
Y no solo eso. En cada jornada laboral se pueden vivir diferentes momentos de tensión. Por un lado con los jefes y superiores o por otro lado con los compañeros de trabajo.
Es aquí donde dominar un estilo asertivo cobra especial relevancia. La asertividad es vital no solo para el trabajador sino también para la empresa donde desempeñe su labor.
Fórmula de asertividad
Para conseguir la “fórmula de la asertividad” debes confiar en ti mismo. Debes estar seguro tanto de lo que dices como de lo que defiendes. Expresar tus argumentos contra los de otra persona no implica que tengas que culparle o criticarle.
Ponte en su lugar. ¿Por qué crees que dice eso? Intenta entender su punto de vista y luego haz que la otra persona comprenda el tuyo. Si todos tuviésemos un poquito de empatía hacia los demás, el mundo sería un lugar mejor.
¿Y si la situación se pone “fea”? Respira. Mantén la calma y evita la agresividad. No grites pero tampoco te calles. No busques la pasividad con tal de que las aguas vuelvan a su cauce. Respira. Cuenta hasta 10. Hasta 20. Lo que haga falta. Expresa tu opinión y tu punto de vista siempre desde el respeto. Si crees que en ese momento no se va a llegar a un acuerdo, posponlo. Ya habrá un momento mejor.
Comunicación asertiva y dependencia
Nadie nace dominando una conducta asertiva. Para ello hacen falta unas buenas habilidades sociales y un entrenamiento en distintas situaciones.
Por supuesto no siempre se puede ser asertivo. En los diferentes ámbitos en los que nos movemos: en casa, en el trabajo, con los amigos, con la pareja, con la familia,… Siempre estamos expuestos a momentos en los que inevitablemente se pueden perder los papeles. No obstante lo ideal es procurar que esas situaciones sean las mínimas.
El trato que recibiremos de las personas de nuestro entorno será similar al que nosotros profesemos. Si nos comunicamos de manera agresiva o pasiva puede que de alguna manera será lo que recibamos. Por eso dicen que hablando se entiende la gente, ¿no? Estos ejemplos de asertividad deben seguir como guía, pero nunca tratar de llevarlo todo al pie de la letra.
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