La fobia a la sangre es una de las fobias más comunes, en este artículo vamos a ver qué es y cual es su tratamiento.
¿Que es la hemofobia y cual es su significado?
La fobia a la sangre o hemofobia consiste en un temor irracional o desmedido hacia la sangre. Si bien, es normal ciertas sensaciones de asco o rechazo al ver sangre, cuando hablamos de hemofobia nos referimos a fuertes reacciones de ansiedad.
¿Es lo mismo la hemofobia que la fobia a las agujas?
No. La fobia a las agujas o a los objetos punzantes es una fobia distinta. La razón por la que las personas que tienen fobia a la sangre sienten pánico por las agujas, es precisamente por que contiene sangre. Si la aguja se encuentra vacía, lo más seguro es que la persona no experimente grandes síntomas de ansiedad.
¿Es lo mismo hemofobia que hemofilia?
¡No! No tiene nada que ver. La hemofobia es un trastorno psicológico y la hemofilia es una enfermedad de carácter orgánico.
La hemofilia es una enfermedad hereditaria que guarda relación con un problema de coagulación sanguínea.
Síntomas de la fobia la sangre
Los síntomas característico de la hemofobia son la ansiedad y el pánico en presencia agujas, sangre o similares.
En los casos más graves, la persona puede sentirlos incluso cuando se lo imagina o incluso aparecer desmayos.
¿Es normal tener aprensión a la sangre?
Sí, por supuesto. Experimentar cierto nivel de aprensión a la sangre es completamente normal, ya que asociamos esta de forma natural con dolor, muerte, étc. Sin embargo, la fobia a la sangre se caracteriza por fuertes reacciones de pánico, como te decía anteriormente.
Las fobias se consideran un trastorno psicológico porque la persona reconoce y sabe que aquello que le aterra no es peligroso, sin embargo, no puede evitar no sentirlo.
Tratamiento de la fobia a la sangre
Por esta razón, el tratamiento de la fobia a la sangre no puede ser a través de la razón, ya que el problema no se aloja ahí. Debe ser a través de la conducta.
La terapia cognitivo conductual propone un modelo de intervención llamado desensibilización sistemática, es decir, exponerse gradualmente al estímulo aterrador (la sangre).
De esta manera, al ser de forma progresiva, se produce un efecto de habituación. Además, suele ser necesario entrenar otras habilidades como la tolerancia al mal estar o técnicas para controlar la ansiedad, como pueden ser la respiración o la relajación muscular.
Cómo superar la hemofobia
El tratamiento para la hemofobia debe ser siempre llevada por un psicólogo clínico. En ocasiones, cuando el miedo es muy grande, primero ha de trabajarse en imaginación antes de exponerse al estímulo real. Otra manera, es emplear imágenes que recuerden a la sangre, como las que puedes encontrar arriba.
El objetivo es ir poco a poco consiguiendo esa desensibilización hasta finalmente no sentir nada de ansiedad al ver la sangre o referidos.
Referencias bibliográficas:
Zaragoza, R. E. (1988). Tratamiento conductual de la hematofobia: modelo participativo vs. exposición gradual” in vivo”. Análisis y modificación de conducta, 14(39), 119-134.