Contarte que la pandemia ha cambiado la vida tal y cómo la conocíamos, seguramente, no sea descubrirte nada nuevo. Es evidente que el uso de la mascarilla, las restricciones y otras circunstancias, han cambiado la forma en que nos relacionamos.
Sobre todo, si de lo que hablamos es de tener citas con personas desconocidas a través de aplicaciones. En consulta, yo mismo lo he notado qué. cuando antes apps como Tinder aparecían en tantas y tantas conversaciones, ahora mis pacientes apenas la citan y expresan un mayor deseo de soledad.
Sin embargo, ¿a qué se debe esto? ¿es posible que exista una explicación científica para comprender este fenómeno?
La historia de Laura
Laura (nombre inventado) me contaba en una sesión online hace unos días que se encontraba desmotivada. Ella lo atribuía a su situación personal, pero también a la merma que estaba suponiendo en varias áreas de su vida la situación provocada por la Covid.-19.
Entre esas áreas, se encontraba la socio-afectiva. Laura verbalizaba que aunque seguía manteniendo el contacto con sus seres queridos, salía mucho menos y que hacía tiempo que no tenía interés en tener relaciones sexuales o en conocer a alguien de una manera afectivo-romántica.
Esto es algo que le descuadraba por completo en cuánto a su identidad se refiere, porque siempre se había considerado a sí misma una persona muy sociable y extrovertida. Es decir, no se reconocía a sí misma.
¿Qué le pasa a Laura? ¿por qué no tiene interés en conocer gente nueva? ¿Habrá más personas como a Laura a las que les suceda lo mismo?
Eran algunas de mis preguntas.
El sistema inmunológico conductual: ¿Qué es?
Casualidad o no, coincidiendo en el tiempo, di con un estudio de 2017 en el que un grupo de psicólogos de la Universidad McGill de Montreal analizaban el comportamiento de personas que acudían a citas con personas desconocidas. En dicha investigación, los investigadores contaban con una muestra mayor de 100 personas. Todas ellas en un rango de edad entre los 18 y 35 años y con una orientación heterosexual.
Les pidieron a los participantes que realizasen un test conocido como PVD (vulnerabilidad percibida a la enfermedad). El PVD consta de 15 preguntas de tipo cuantitativo (1 – 7), donde se trata de informar sobre el grado de acuerdo/desacuerdo y preocupación entorno a cuestiones como la siguiente: “Mi sistema inmune es capaz de protegerme de enfermedades infecciosas y/o contagiosas de otras personas”.
En 2017, poco o nada podían saber los investigadores sobre Covid, sin embargo este estudio sentó unas bases importantes para comprender algo que nos está sucediendo ahora: Aquellas personas que expresan un mayor sentimiento de vulnerabilidad ante la enfermedad, mostraban un comportamiento más introvertido, distante y reacio a relacionarse afectivamente.
No eres tú, soy yo
Encontraron que incluso aquellas personas que habían puntuado alto en el PVD y habían acudido a citas con personas muy atractivas e interesantes (habían sido votadas como perfiles muy deseables), habían mostrado menos interés por la otra persona, que aquellas otras que no habían dado puntuaciones tan elevadas en el test y habían tenido citas con perfiles de personas menos deseables.
Una evidencia más de que gustarle a otra persona, depende más del estado en el que se encuentra esa persona que otra cosa. Yo siempre lo he pensado, para poder enamorarse, primero hay que querer enamorarse.
El equipo de McGill bautizó a este fenómeno sistema inmunológico conductual. Es decir, una especie de mecanismo de defensa que tenemos las personas para protegernos.
¿Es posible que nuestro instinto de supervivencia sea tan grande que pueda hacernos perder el interés por los demás? Pues parece ser que sí.
Extra
De modo qué, que si tu eres de las personas que puntuaría bajo en el PVD, cuidado con el ghosting…
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