Después que Elsa Pataky pasase por el programa El Hormiguero de cuatro, y afirmase lo positivo que resulta el ayuno terapéutico, muchas personas me han preguntado por esta cuestión.
De manera qué, he decidido hacer este artículo para explicar qué es el ayuno terapéutico.
El ayuno como terapia
Una de las razones por las que Elsa Pataky ha sido tan criticada al decir públicamente que ella practica el ayuno intermitente, es porque se ha interpretado esto, como una incitación a llevar a cabo conductas de riesgo en relación a la alimentación.
Sobre todo, en aquellas poblaciones más vulnerables, como pueden ser los adolescentes. Estos, tienen mayor riesgo de padecer trastornos de la alimentación como la anorexia o la bulimia.
Sin embargo, la práctica del ayuno, en esencia, no tendría nada que ver con adelgazar. Si alguien lo está haciendo con ese fin, sin lugar a dudas, está incurriendo en una pauta totalmente desaconsejable.
Lo que es importante discutir es, si realmente es cierto que el ayuno puede resultar terapéutico en el tratamiento y/o prevención de algunas enfermedades.
El ayuno terapéutico en casa
El ayuno terapéutico en casa es una pauta de salud, que recomendaba por un profesional sanitario, podemos llevar de manera autónoma como parte de nuestra alimentación.
El objetivo de ayunar es hacer una especie de limpieza. No existe un único formato de ayuno terapéutico, algunos consisten en pasar un par de días sin apenas ingerir calorías (unas 300 kcal máximo al día) y suprimir los alimentos sólidos, y otros, en pasar una parte del día sin ingerir absolutamente nada.
Cuando no comemos, nuestro cuerpo se ve obligado a usar las reservas disponibles que tiene en su almacén particular, los lípidos. La teoría dice qué, si llevamos a cabo esta práctica durante un tiempo suficiente, nuestro cuerpo aprenderá a autoabastecerse y regularse.
La cuestión es qué, si obligamos a nuestro cuerpo a usar sus reservas, le estaremos obligando a soltar aquello que no es bueno para salud conservar (tóxicos), y que después podremos sustituir de manera más saludable.
Es decir, si se cumple la premisa de que el ayuno resulta positivo para la salud, deberíamos hacerlo cada X tiempo. Sin embargo, no tendría mucho sentido instaurar el ayuno como un hábito, sería como barrer una casa sin polvo.
En este efecto depurativo, es en el que se basan también los zumos y batidos dettox, que suelen intentar vendernos a todas horas. Ocurre lo mismo con las famosas dietas dettox.
Y adivina quién es el único y verdadero protagonista del auténtico dettox depurativo… Seguro que lo conoces, se llama H2O.
¿Funciona el ayuno terapéutico?
Pues aquí viene el gran problema, la controversia de resultados y conclusiones que hay sobre el tema. Depende que fuente consultes, te dirán una cosa u otra.
Yo no soy experto en el tema, de manera que he hecho un barrido bibliográfico, y lo que he me encontrado es una clara falta de consenso. Existen miles de plataformas secundándolo, sin embargo, me preocupa que estas mismas que lo promueven sean también quiénes lo ofertan.
Voy a tratar de simplificar en puntos concretos, las conclusiones que he podido extraer de todo lo que he leído:
- El ayuno no es peligroso para la salud siempre y cuando no nos encontremos en situaciones carenciales o de desnutrición.
- Puede ser una opción válida en aquellos casos de obesidad grave, e incluso una manera de reinstaurar hábitos y rutinas nuevas de alimentación.
- Sus efectos positivos no parece que puedan tener tanto que ver con desintoxicación, como con la regulación del metabolismo. Estamos acostumbrados a pasarnos el día comiendo (el famoso picoteo), de manera qué tenemos a nuestro organismo loco. Establecer rutinas de alimentación ayuda a la estabilización del ritmo circadiano.
- El ayuno terapéutico puede ser un tratamiento eficaz en la intervención de algunas enfermedades concretas, como por ejemplo en el caso de la Sin embargo, hacen falta estudios que arrojen mayor vehemencia sobre esta cuestión.
Ayuno terapéutico: ¿Como hacerlo?
En primer lugar, que no lo hagas por tu cuenta y riesgo. Esto es esencial. A menudo salen un montón de dietas e inventos nuevos, que nos aseguran grandes beneficios, como es el caso de las bebidas dettox que citaba antes.
Si tienes alguna patología, puede que sea una medida interesante. Sin embargo, igual que seguramente no se te ocurriría automedicarte, no lo hagas tampoco con la alimentación.
Y Ahora viene la realidad con la que me encuentro con más frecuencia, y es que muchas personas están aprovechando la excusa de la salud para llevar a cabo una conducta de riesgo. No nos engañemos y seamos sinceros con nosotros mismos, ¿qué buscamos realmente con el ayuno terapéutico?
Pues generalmente, adelgazar a lo bestia. Y en este punto, voy a insistir sobre algo que digo en casi los artículos que escribo: La mejor manera de adelgazar es comiendo.
Este tipo de medidas nos pueden dar un efecto inmediato, porque claro, si dejamos de comer, adelgazamos. Pero a la postre, ocurre un efecto rebote, donde nuestro organismo comienza a rebelarse y congelar lo poco que le queda.
Además, este tipo de conductas sirven para un rato. Todo lo que no sea un hábito será pan para hoy, y hambre para mañana.
Entrenar en ayuno para quemar grasa
Otro tema que me comentan cada vez con más frecuencia, es del entrenamiento en ayunas.
La razón de esto, es que por la mañana como hemos pasado varias horas sin comer, nuestros niveles de glucógeno se encuentran bajo mínimos. De manera qué, si entrenamos sin haber ingerido nada, nuestro cuerpo tendrá que usar los lípidos para obtener esa energía, y por tanto, estaremos quemando grasa.
Esto es cierto, lo que no está claro es que esto contribuya a adelgazar. Me explico:
Es cierto que estarás quemando grasa, pero después tendrás que comer, y eso sino lo quemas, de nuevo pasará a ser almacenado. De manera qué, lo comido por servido.
Por otro lado, encuentro muy peligroso para salud entrenar en estado de ayunas. Bajo mi criterio, es una conducta de riesgo.
Lo que cada vez tenemos más claro los nutricionistas, es que al final, para adelgazar, lo más importante es el número de calorías que ingerimos, y no tanto el momento en el qué entrenamos. Aunque sea cierto qué, puede influir de alguna manera, no parece lo primordial.