Vivimos en una sociedad cada vez más acelerada. Nuestra agenda se llena de tareas, incluso tenemos que planificar nuestro tiempo de ocio. Una de las consecuencias de ese ritmo de vida es que ni siquiera nos fijamos en lo que comemos. No solo a la calidad y cantidad de alimentos, sino a la forma de comer. Este estilo de vida también provoca una mala relación con la alimentación. A veces comemos por ansiedad o porque es lo que toca, sin prestar atención.
Para remediarlo podemos empezar a practicar lo que llamamos mindful eating o alimentación consciente. Con esta práctica lo que se quiere lograr es que prestemos atención plena a la experiencia de comer. Desde que se seleccionan los alimentos hasta que estos se ingieren. Al tener una mayor conciencia de esta actividad diaria tan importante, mejora nuestro bienestar físico y mental.
El mindful eating aporta una gran cantidad de beneficios para la salud. Si quieres conocer mejor todas las ventajas de la alimentación consciente, te lo contamos en este artículo.
¿Qué es el mindful eating?
El Mindful Eating no es ninguna dieta, todo lo contrario. No es una manera de restringir alimentos, sino de mejorar cómo comemos. Consiste, básicamente, en prestar atención plena a los alimentos que elegimos, cómo los cocinamos y por supuesto, cómo los comemos.
Al poner en práctica el Mindful Eating nos olvidamos de juzgarnos a la hora de comer. De lo que se trata es de ser capaces de reconocer nuestros hábitos relacionados con nuestra dieta. Nos ayuda a identificar que rutinas alimenticias son beneficiosas para nuestra salud y cuáles hay que evitar.
Cuando estamos mentalmente presentes durante la comida, podemos escuchar de una manera más asertiva las señales de hambre que nos envía nuestro cuerpo. También seremos conscientes de cuando estamos saciados y sabremos que hay que parar de comer. Gracias al mindful eating podrás nutrirte al mismo tiempo que disfrutas de la comida.
Cómo practicar el Mindful Eating
Empieza a tomar conciencia del aquí y el ahora, olvidando el pasado y el futuro, teniendo en cuenta el presente. Esta es la mejor manera de comenzar a practicar el mindful eating, pero también debes tener en cuenta otros aspectos. Paula T., cofundadora de nutrifinder.net (un directorio tematizado de nutricionistas y dietistas), propone algunos consejos para llevar a cabo esta práctica.
Escucha a tu cuerpo
Conecta con las sensaciones que hambre y saciedad que te manda tu cuerpo. De esta manera, interpretando esas señales, sabrás si el hambre es física o emocional. También sabrás cuando tu cuerpo está satisfecho y no tienes que ingerir más alimentos.
Reduce la velocidad
Come sin prisas, masticando bien y saboreando cada bocado. Facilitarás la digestión y apreciarás los olores, colores, texturas y sabores de cada alimento.
Elimina las distracciones
Olvídate del teléfono móvil, la televisión y otras distracciones. Debes centrarte en las comidas y en las sensaciones que te genera. Al reducir las distracciones obtendrás una mejor relación con tu alimentación e incrementarás tu experiencia.
Beneficios del Mindful Eating
Practicar una alimentación consciente es la clave para obtener una gran cantidad de beneficios mentales, físicos y emocionales. Notarás los resultados en poco tiempo y te impulsará a llevarlo a todas las facetas de tu vida.
Mayor disfrute de la comida
Uno de los beneficios del mindful eating es que somos más conscientes que la comida que ingerimos y de su efecto en el organismo. Aprendemos a elegir los alimentos fijándonos en su aporte nutricional y cómo beneficia o perjudica a nuestro cuerpo.
Control del apetito y la saciedad
Aunque el objetivo de la alimentación consciente no es el control del peso, sí que ayuda a no comer en exceso. Interpretar las señales de apetito y saciedad nos ayudan a tener una relación saludable con la comida.
Reducción del estrés alimenticio
Hay ocasiones en los que la ansiedad influye negativamente en nuestra dieta. Se come sin control para aliviar el estrés o como vía de escape. El mindul eating es muy beneficioso para regular los niveles de ansiedad y evitar que las emociones nos lleven a comer por impulso con atracones.
Mejora de la digestión
Comer de una forma relajada, sin prisas, mejora el funcionamiento del sistema digestivo. Al alimentarnos de una forma pausada, masticando bien, no solo disfrutaremos más de cada bocado, sino que facilitamos la digestión y la absorción de nutrientes.
Si crees que puedes mejorar tu relación con la comida, lo mejor es que empieces a practicar el mindful eating. En poco tiempo notarás como tomas mejores decisiones respecto a tu alimentación. Escuchando a tu cuerpo y teniendo una mayor consciencia de las decisiones que tomas en tu vida.
Con la atención plena en tu dieta, elegirás alimentos más saludables, beneficiando a tu organismo. Mejorarás tu salud mental y física y disfrutarás mucho más de la comida, sin presiones ni reglas, cambiando tus hábitos de forma progresiva.