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7 técnicas terapéuticas de intervención en crisis

Tras un hecho traumático, es indispensable recibir primeros auxilios psicológicos y, de ser necesario, una intervención en crisis. Esto, con la finalidad de minimizar el impacto negativo en la salud mental del individuo que estuvo expuesto a una situación crítica.

Existen múltiples técnicas que pueden aplicarse al momento de abordar a una persona que acaba de sufrir un accidente u otro hecho potencialmente traumático, las cuales se explicarán a continuación.

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¿Qué tipos de intervención psicológica para crisis existen?

Antes que nada, es importante resaltar que existen dos tipos de intervenciones psicológicas ante situaciones de crisis, estas ya se mencionaron anteriormente: Primeros Auxilios Psicológicos e Intervención en Crisis.

Los primeros auxilios psicológicos, o intervención en primera instancia, son aquellos que se prestan lo más pronto posible tras la situación de emergencia. Este tipo de intervención psicológica ante crisis suele tener una duración de unos cuantos minutos u horas.

Tal como su nombre lo indica, los primeros auxilios psicológicos son una primera intervención cuyo objetivo es minimizar los efectos psicológicos negativos que pudieran presentarse a causa de la situación de crisis. Quien presta los primeros auxilios psicológicos le proporciona a la persona en crisis las herramientas necesarias para poder afrontar su situación de un mejor modo.

Sin embargo, en algunos casos es posible que esta primera intervención no sea del todo eficaz, pudiendo derivar en graves problemas psicológicos. Por ello, también existe la intervención en crisis o intervención en segunda instancia, la cual está especialmente diseñada para ayudar en casos de crisis más severos o que no han podido ser afrontados eficazmente.

Es así como, tras prestar primeros auxilios psicológicos, es necesario realizar un seguimiento del caso, ya que, si la persona presenta secuelas como ataques de pánico, estrés postraumático, entre otras, necesitará una intervención en crisis de segunda instancia. Este tipo de intervención tiene una mayor duración, pues puede llevar semanas e incluso meses.

La intervención en crisis de segunda instancia debe ser llevada a cabo por profesionales en centros especializados. Su objetivo principal es restaurar el equilibrio emocional de la persona y ayudarle a restablecer su funcionamiento normal antes del evento traumático.

 

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Casos de ejemplos de intervención en crisis

En la mayoría de los accidentes, situaciones de emergencia o eventos traumáticos es necesario realizar la intervención en crisis de primera instancia. Por ejemplo, una persona que ha sido abusada sexualmente requerirá de primeros auxilios inmediatos, siendo muy probable que también necesite una intervención en crisis de segunda instancia.

Otros casos en los que es necesario la intervención en crisis son aquellos en los que se ha presentado un grave accidente y varias personas resultaron fallecidas. También es esencial la intervención en crisis frente a desastres naturales, ya sean terremotos, huracanes o erupciones volcánicas; y desastres de otra índole, que pueden ser accidentes como el colapso de una estructura, un incendio, entre otros; y ante una situación bélica a nivel local o regional.

7 técnicas terapéuticas para intervenir en situaciones de emergencia

Como ya se explicó con anterioridad, es sumamente importante que, ante una situación de emergencia, las personas afectadas puedan recibir una intervención inmediata, ya que esto evita que el impacto sea mayor y les ayuda a enfrentar de un mejor modo la situación. Entre algunas de las técnicas terapéuticas que pueden emplearse para intervenir en situaciones de emergencia se encuentran las siguientes:

 

1. Técnicas básicas interaccionales positivas

Una de las primeras técnicas a aplicar son las relacionadas al contacto psicológico. Para ello, quien va a intervenir en la situación de emergencia deberá escuchar activamente a la persona y mostrarse interesada en lo que esta expresa. Para transmitir un verdadero interés, es necesario expresar empatía.

También es posible que la persona requiera tiempo para expresarse, por lo que es necesario dejarle y no forzar que hable. Quien interviene deberá esperar pacientemente el momento adecuado para realizar una pregunta corta y motivadora; esto puede contribuir a que comience el proceso natural de desahogo.

En algunos casos, el contacto psicológico puede ser más efectivo por medio del contacto físico, como tomar las manos de la persona afectada o abrazarle. Claramente, no siempre se debe recurrir a esto, por lo que es esencial que quien realiza la intervención observe a la persona para determinar si procede de este modo o no.

2. Técnicas de relajación

Si la persona afectada está muy alterada, es necesario ayudarle a tranquilizarse por medio de técnicas de relajación. Para ello, pueden aplicarse técnicas de respiración, meditación, estiramiento, entre otros. Todo dependerá del caso, lo cual debe ser evaluado por quien realiza la intervención.

3. Análisis del problema

También es importante que se realice una evaluación del problema para analizar las dimensiones reales de este. La persona que interviene en la situación de emergencia deberá ayudar al afectado a concretar su futuro inmediato. Es esencial que le ayude a aceptar lo que ha sucedido, pues los hechos no pueden ser cambiados.

Esto sólo es el comienzo

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4. Análisis de las posibles soluciones

La comunicación de esperanza puede ser alentadora, sin embargo, no se deben realizar promesas que no puedan ser cumplidas. Se debe ser realista y objetivo ante la situación; hacerle ver a la persona afectada que, aun después de lo ocurrido, podrá continuar haciendo su vida, resaltando las fortalezas que posee y que vendrán tiempos mejores.

Durante el análisis de las posibles soluciones, la persona que está realizando la intervención debe evaluar las opciones más adecuadas para abordar las necesidades del afectado, tanto aquellas necesidades inmediatas como aquellas que pueden postergarse.

5. Desarrollo de estrategias de afrontamiento

Otra técnica que puede ayudar a la persona afectada en una situación de crisis o emergencia son las estrategias de afrontamiento. Estas le permitirán reducir el estrés, la ansiedad y demás efectos negativos que derivan del suceso traumático.

6. Asistencia a ejecutar una acción específica

Tras realizar la evaluación pertinente, se puede pedir a la persona afectada que lleve a cabo una acción concreta, no obstante, se deben tener en cuenta sus capacidades para poder realizarla. Si está muy afectada, será necesario abordarla con una actitud directiva para que su capacidad de actuar se dé de forma gradual.

7. Seguimiento

Una vez se haya realizado la intervención de emergencia, será necesario mantener el seguimiento del caso para determinar si la persona ha podido afrontar eficazmente la crisis o no. Si no se observa un buen progreso, es posible que se deba realizar una intervención en segunda instancia, la cual, dependiendo de la gravedad del estado psicológico de la persona, puede tener una duración de semanas o meses.

Sin dudas, la intervención en crisis es fundamental para garantizar la buena salud psicológica de las personas afectadas. Si esta no llegase a prestarse, los afectados podrían desarrollar graves problemas psicológicos y su calidad de vida se vería seriamente afectada, pudiendo incluso considerar acabar con sus propias vidas.

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