El trastorno del apego reactivo, aunque no siempre esté en el centro de las discusiones sobre salud mental, juega un papel crucial en el desarrollo emocional y social de muchos niños. Esta condición, que afecta la habilidad de un niño para vincularse con sus cuidadores, puede tener repercusiones duraderas en su vida.
En el artículo de hoy, nos adentraremos en este tema, desentrañando sus causas, síntomas y las posibles intervenciones. Ya seas un profesional en el campo, un educador o alguien con un interés genuino en el comportamiento humano, este artículo te ofrecerá una perspectiva enriquecedora sobre un tema que merece ser más ampliamente comprendido
¿Qué es el trastorno de apego reactivo?
Se presenta cuando un niño no consigue establecer relaciones saludables y normales con sus cuidadores, en su mayoría madres, antes de cumplir cinco años. Este apego se forma cuando el niño es constantemente calmado, atendido y sus necesidades son satisfechas por el cuidador. Al establecer un vínculo con un cuidador afectuoso, el niño aprende a confiar, amar, ser empático y construir una autoimagen positiva.
Sin embargo, si se le niega este afecto en sus primeros años, puede tener repercusiones en su futuro, dificultando su conexión emocional y generando baja autoestima, temor al acercamiento y enojo.
Con el tiempo, los niños con este trastorno pueden manifestar comportamientos inhibidos o desinhibidos. En el primero, se muestran distantes emocionalmente, evitando el consuelo.
A pesar de estar conscientes de su entorno, no muestran reacciones. Pueden rechazar a otros, ignorarlos o actuar agresivamente. En el comportamiento desinhibido, no muestran preferencia por sus padres sobre otros, buscando atención indiscriminadamente y mostrando conductas inmaduras para su edad.
Causas del trastorno de apego reactivo
Este trastorno surge debido a problemas en la crianza y relaciones tempranas, usualmente por la falta de conexión con su cuidador principal. Algunas causas incluyen:
- Negligencia constante hacia las necesidades básicas y emocionales del niño.
- Cambios frecuentes de hogar o cuidadores.
- Padres con problemas mentales graves.
- Separaciones prolongadas por hospitalizaciones.
- Experiencias de abuso en sus primeros años.
Síntomas
Síntomas en bebés:
- Falta de respuesta al consuelo.
- Retraimiento o miedos sin razón aparente.
- Irritabilidad y falta de sonrisa.
- Desinterés en juegos o interacciones.
- Llanto constante y rechazo al contacto.
Síntomas en niños:
- Problemas de ira.
- Rechazo al contacto físico.
- Dificultades de control.
- Falta de empatía y remordimiento.
- Evitación de relaciones.
Diagnóstico y tratamiento del trastorno de apego reactivo
Al igual que en adultos, se diagnostica a partir de signos y síntomas específicos. Un análisis detallado puede incluir observaciones, historial de comportamiento, interacciones familiares y otros factores. Se descartarán otros trastornos y se verificarán condiciones coexistentes. Los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) pueden ser utilizados.
Se busca asegurar un entorno seguro para el niño y promover una relación sana con un cuidador. Las intervenciones pueden incluir apoyo psicosocial, terapia, capacitación parental, fomento del desarrollo afectivo del niño y educación para los cuidadores sobre el trastorno.