Recuerdas cuando eras pequeño y te preguntaban, ¿Cómo te ves en 20 años?, muchos pensábamos que tener una gran casa, un vehículo, trabajo estable y bien remunerado, era suficiente para sentirnos felices. Se asociaba el dinero con la felicidad, ¿estábamos en lo correcto?
El tema de la relación entre el dinero y la felicidad es muy estudiado por diferentes disciplinas enfocadas desde diferentes áreas de trabajo. Pues hay quienes aseguran que el dinero no compra la felicidad, pero también hay quienes piensan que, aunque no sea lo más importante, si tiene una gran influencia en cómo nos sentimos. ¿Qué dice la ciencia y los estudios? Descúbrelo aquí.
¿Qué es la felicidad?
Está definida como un estado de bienestar y plenitud del que somos conscientes. Sin embargo, es un sentimiento que cada quien percibe de manera diferente. Tanto así que hay personas que no creen en la felicidad. Pero la postura ante esta puede afectar las actitudes y la forma en que se ve la vida.
La Universidad de Hertfordshire realizó un estudio, el cual reunió personas que se consideraban con buena suerte, y otros con mala suerte. A los dos grupos se les solicitó contar las imágenes de un periódico. Se obtuvo como resultado que los integrantes del grupo de “la buena suerte”, terminaron la tarea en menor tiempo porque notaron un aviso en el periódico que decía: “deje de contar, el periódico tiene 43 fotografías”. El otro grupo no lo leyó o decidió ignorarlo y contar hasta el final.
Los investigadores aseguran que, el ser afortunado o desafortunado es un simple asunto de actitud; una predisposición a las nuevas oportunidades. Idea que también puede ser aplicada a la felicidad.
Ecuación de la felicidad humana
Un grupo de investigadores de la University College London ha creado una fórmula matemática que calcula la felicidad de una persona en cierto momento. Es algo difícil de creer porque la felicidad es algo subjetivo, que parecería imposible de calcular. Sin embargo, se ha puesto a prueba y la ecuación ha acertado en 18 mil individuos. [1]
¿Cómo lo hace? Robb Rutledge, líder de la investigación afirma que todo se basa en las expectativas. Si estás emocionado por encontrarte con alguien, es posible calcular qué tan feliz estarás en el momento en que estés reunido con esa persona. Este descubrimiento confirma, entre varias cosas, que, si tienes pocas expectativas, tendrás pocas desilusiones. Pero si tienes varias expectativas, la felicidad dependerá de la realización de las mismas.
Pero… ¿está el dinero en la ecuación de la felicidad?
¿El dinero compra la felicidad?
Contar con un ingreso estable y suficiente para suplir las necesidades y comodidades genera una sensación de tranquilidad. La presente emergencia sanitaria ha afectado el comercio y muchas personas han perdido su único sustento, quedando a la deriva. Partiendo de que tienen salud, el amor de su familia y tiempo, si se les preguntara, ¿dirían que son felices?
Estudios han confirmado que hay una relación directamente proporcional entre los ingresos anuales y la felicidad. A un grupo de personas se les ha preguntado por su estado de ánimo, y si consideraban que estaban viviendo la mejor vida posible para ellos; además de su capital. Se obtuvo que las personas con mayor cantidad de dinero presentaban menos inconformidades, y que a partir de los 75 mil dólares anuales se garantizaba la felicidad; como si fuera el máximo.
Cifra que fue rectificada posteriormente por la investigación de Matthew Killingsworth, de Wharton. Quien utilizó la técnica de muestreo de experiencias, que se fundamenta en responder encuestas en momentos aleatorios del día, a través de la aplicación Track Your Happiness.
En total, 33.391 personas entre 18 y 65 años de Estados Unidos proporcionaron 1.725.994 informes sobre su bienestar. Con base en esta información, procedió a clasificar y analizar. Contrario al estudio anterior, no halló el precio de la felicidad.
Personas con ingresos mayores a 75 mil dólares anuales presentaban altos grados de estrés, debido a que muchas horas del día las ocupaban trabajando para ganar más dinero. Preocupaciones que no sufrían otros con menor ingreso.
Cómo gastar el dinero para ser más feliz
Si cuentas con el capital para darte ciertos gustos de vez en cuando, ten en cuenta la siguiente lista que te puede guiar:
- Trata de que cada compra sea algo especial. Por ejemplo, si disfrutas del maquillaje, puedes organizar una Reunión con tus amigas en donde se maquillen entre sí, o intenten estilos nuevos. Se trata de darle un significado especial a los ciertos objetos.
- Seguro has escuchado que el tiempo es oro. Si puedes invertir de alguna manera para tener tiempo libre, aprovecha. Es posible ganar más dinero, pero no es posible viajar en el tiempo o agregarle minutos al reloj.
- No compres cosas, compra experiencias. Es muy común gastar el dinero en televisores, celulares y demás; pero todos estos objetos son diseñados para actividades individuales o silenciosas. Por otro lado, las experiencias se tratan de compartir, conocer, enriquecer el espíritu.
- Si estás dispuesto a vivir una experiencia, esta será mucho mejor si la compartes con alguien especial. Una aventura en familia, un viaje con tu pareja.
- Lo más importante de todo es tener buena salud, tanto física como mental. Así que no dudes en invertir dinero en controles médicos o en comida de calidad. Sin salud no podrás disfrutar todo lo que has construido.
Conclusión
El concepto de felicidad depende de cada persona, según sus expectativas y actitud frente a la vida. Es importante aclarar que la felicidad no es una meta que se logra, pues no es un estado permanente; es un camino que se recorre.
Hay una estrecha relación entre el dinero y la felicidad. Entre mayores sean los ingresos, mayor es la sensación de control y autonomía sobre la vida. Esto significa que el dinero puede ayudar a resolver muchos problemas que se interponen en el camino a la felicidad; pero no es la única vía.
No hay que perder de vista el cuidado personal, la salud; las relaciones con la familia, amigos y demás; aprovechar el tiempo libre para invertirlo en el crecimiento personal o compartir con los seres queridos.