Si eres psicólogo o psicóloga, es muy posible que hayas oído hablar sobre la IFS o la terapia de sistemas de familia interna. No sé si tienes la misma sensación que yo, pero mi percepción, porque estudio en muchos grupos con otros profesionales de la psicología, es que se está poniendo ahora muy de moda. Pero en realidad no es algo reciente, pertenece a los años 80 a Richard Schwartz. D
e hecho, hace unos meses no sabía ni que era, fue precisamente que empecé a escuchar hablar sobre ello y decidí comprar el libro y empezar a investigar sobre este tema. En este artículo te voy a contar qué es la terapia de los sistema de familia interna.
¿Qué es la IFS?
Vaya por delante que yo no soy especialista ni tengo formación específica en este modelo de psicoterapia. Lo que pasa es que me ha recordado, me ha conectado con muchas cosas del modelo de trauma que sí manejo. De hecho, la IFS une cosas de diferentes modelos o ramas de la psicología, como es, por supuesto, la teoría del apego, tiene un pensamiento muy sistémico y también tiene esa parte que proviene de los modelos de trauma y de disociación, de esa idea de la multiplicidad de la mente.
La idea de la multiplicidad de la mente
Esto de la multiplicidad de la mente puede sonar un poco extraño, pero básicamente es asumir que las personas, aunque tenemos una identidad que puede ser única (por ejemplo, yo soy Alex), en realidad es como que tenemos diferentes subpersonalidades o incluso estados del yo que de alguna forma conforman todo lo que sería, como el libro nuestra “pandilla interna”. Estas subpartes que conforman mi yo pueden dar lugar a veces, y si no están bien alineadas, a conflictos internos, ambivalencias, incoherencias.
Te voy a poner un ejemplo sencillo: imagina que de repente te sale una oportunidad para dar una conferencia en un sitio muy chulo y, por un lado, una parte de ti siente mucha ilusión, lo ve como una grandísima oportunidad, y otra parte siente un terrible miedo y ganas de salir corriendo y evitar hacerlo a toda costa. Bueno, pues serían dos partes que tienen prioridades distintas: una, la de ponerte a salvo, y la otra, la de que vayas a por todo y te comas la conferencia.
Esto, ahora que lo digo en voz alta, me recuerda bastante a un vídeo que ya grabé sobre los tres sistemas de acción en la Psicoterapia centrada en la compasión. Al final, todos estos modelos son lo mismo, son diferentes formas de organizar la información y de construir modelos de funcionamiento interno de las personas para tener un poco de sentido o para poder explicarnos las cosas que nos pasan. Y no creo que haya uno mejor que otro o que haya uno más cierto que otro. Se trata más bien de cuál es más usable y cuál nos da un sentido de coherencia mayor.
El modelo de terapia de sistemas de familia interna
Una de las cosas que sí me ha gustado de la IFS en cuanto al enfoque clínico o práctico que tiene es esa idea de que cada persona puede desarrollar una figura de apego seguro dentro de sí misma, es decir, encontrar o construir, si aún no se posee, un referente dentro de ti. Es posible que si no te dedicas a la psicología y estás viendo este vídeo, te esté resultando todo un poco raro, que te esté hablando en chino, pero espera un poco porque lo vamos a ir adelantando. Yo creo que al final se va a entender mejor.
En el modelo IFS se dice que hay tres tipos de partes dentro de nosotros. Por una parte, tenemos a los exiliados, que serían la parte más emocional, la parte más vulnerable, y donde se alojarían las experiencias de trauma. También podría decir que son las partes más infantiles y las partes que nos pueden secuestrar emocionalmente cuando nos pasa algo. En función de cuánto intenso ha sido la experiencia de trauma o cuánto legado haya dejado en nosotros, esa parte se apoderará más o menos de nuestra personalidad al completo.
Después tendríamos otros dos tipos de partes que se encargarían de proteger a esa parte más vulnerable que son los exiliados. Las partes protectoras serían los gerentes y los bomberos. Insisto que a mí esto me recuerda muchísimo a la teoría de la disociación estructural de Otto van der Hart, en el sentido de esa parte aparentemente normal, la PAN, y luego la invasión de las partes emocionales.
Me recuerda mucho y le veo muchísimas similitudes. Quizás lo bueno de este modelo de la IFS es que es más sencillo y quizás más fácil de entender tanto para los terapeutas, porque el libro de Onno van der Hart es complicado, como para los propios pacientes.
La parte de los gerentes, como he dicho, sería una parte protectora que estaría asociada a la razón, a la parte más cognitiva, desde la que se intenta proteger las emociones dolorosas racionalizando las cosas para evitar entrar en contacto con el dolor, poniendo distancia emocional o intentando anticipar o controlar las cosas para que no entremos de nuevo, como digo, en contacto con esa parte dolorosa.
Sería una parte muy útil y necesaria en muchos casos, una buena herramienta de gestión emocional en determinados momentos, pero también podría estar alejándonos o disociándonos o desconectándonos de nuestra experiencia interna.
Y la tercera y última parte que se menciona en el modelo serían lo que llaman los bomberos. En el libro, describen a los bomberos como aquellas partes más impulsivas que intentan de alguna manera desviar la atención del dolor y la vergüenza que sienten las partes exiliadas. A mí me ha recordado muchísimo al concepto de intento de solución y la función que tienen los síntomas dentro de la psicología o del sufrimiento humano.
Por ejemplo, un bombero sería una adicción, algo que la persona hace para evitar conectarse con el dolor y para provocar evasión, o una persona que se da atracones de comida para, como digo, regular el malestar interno que tiene. Y así podría seguir hablando de síntomas como pueden ser ataques de ansiedad, problemas somáticos o tantos otros que de alguna manera contribuyen a que nos centremos en el síntoma y no tanto en el dolor o en el dolor emocional de carácter más profundo.
Libros para profundizar en la terapia de los sistemas de familia interna
Si quieres profundizar sobre el modelo de IFS, te recomiendo el siguiente libro qué es que me he leído yo y me está gustando mucho:
Terapia IFS: Opiniones personales
Estas tres tipos de partes son partes necesarias, útiles y que todas las personas las tenemos, pero que el problema viene dado cuando empiezan a funcionar de manera desorganizada o no hay un orden, una coherencia interna, lo que, insisto, en el modelo de trauma y disociación se llama integración.
De modo que lo que vamos a necesitar es desarrollar un director de orquesta. A mí me gusta llamarlo así, en el modelo IFS lo llaman el self. A mí me gusta usar la analogía del director de orquesta para explicarle a mis pacientes porque me parece algo muy gráfico.
Imagina una banda de músicos, aunque fueran muy virtuosos, pero cada uno tocando a un tempo distinto, a un ritmo distinto, cada uno en una tonalidad distinta. Eso sonaría fatal. Pues eso es lo que nos pasa cuando por dentro estamos un poco desincronizados.
El self, ese ser uno mismo, se caracteriza dentro del modelo IFS por tener las ocho C, que las voy a tener que leer porque no me las sé de memoria: compasión, curiosidad, claridad, creatividad, calma, confianza, coraje y conexión. Sería como desarrollar esa voz de la sabiduría, esa figura de apego seguro, ese referente dentro de nosotros.
A mí, una cosa que a veces unos pacientes me han dicho es que cuando tenían un problema o estaban bloqueados o atascados, se imaginaban en consulta conmigo hablando sobre qué les diría yo o cómo les explicaría lo que les sucede. Esto, aunque en su imaginación lo estén haciendo conmigo, en realidad es su self, es esa voz que están desarrollando que es capaz desde fuera de ver las cosas, de entender lo que está pasando, ordenar las partes y decir “por esto lo vamos a hacer así, lo vamos a hacer asá, tú te vas a quedar aquí, tú te vas a quedar allá”, como el director de orquesta del que estábamos hablando.
Este es un modelo de psicoterapia que me parece que es muy útil para el tratamiento del trauma por esas similitudes con lo que he estado explicando a lo largo de todo el vídeo, pero yo creo que no únicamente, o al menos no de trauma complejo como solemos entenderlo, sino también puede ser muy efectivo, por ejemplo, para trabajar síntomas ansiosos o temas de pareja.
La cuestión es, como siempre, que antes de intervenir en cualquier tipo de experiencia emocional, más o menos intensa, por supuesto, tenemos que estar seguros de que la persona puede exponerse y no ponernos ahí a sacarles partes y hacer algo que quizás la persona no pueda sostener o incluso le vaya a confundir más.
Ya te digo que a mí lo que más me gusta de este modelo, sobre todo, es que simplifica mucho las cosas y para poder explicárselo a nuestros pacientes en consulta es muy útil y muy práctico.
Y también ese enfoque o ese objetivo principal que no patologiza tanto y que busca que las personas desarrollen esa voz sabia o como lo queramos llamar, el self.
También me gusta esa premisa de que todos tenemos la capacidad de desarrollar ese self que se fundamenta en esas ocho C que no recuerdo todas. Todos podemos ser compasivos, podemos llegar a resolver las cosas con coraje, con creatividad. Me parece muy guay esa idea de imaginar y de soñar o de pensar que podemos desarrollar esa parte en nosotros que se va a vincular o va a resolver los problemas desde ahí.