Ana sufre un trastorno de ansiedad social. Todo comenzó en la adolescencia cuando sentía que en clase el miedo la paralizaba. Sentía auténtico pavor cuando sus profesores le hacían alguna pregunta. Tenía miedo a quedar en ridículo delante de sus compañeros.
Este hecho no solo tenía lugar en el ámbito académico. En su día a día Ana comenzó a evitar salir con sus amigos. Intentó no darle mayor importancia. La gente creía que simplemente se trataba de una chica muy tímida. Con el paso del tiempo fue interiorizando y normalizando sus conductas de evitación sin ser consciente de la fobia a la gente que había desarrollado.
En este artículo vamos a hablar a ver algunos consejos para la fobia social.
Según el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), el trastorno de ansiedad social (o fobia social) es “el miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el individuo está expuesto al posible examen por parte de otras personas”.
Sin embargo, también podemos hablar simplemente de ansiedad social como un síntoma común a muchos otros trastornos psicológicos referentes a la salud mental.
Cuando hablamos de fobia social nos referimos al miedo intenso que se sufre ante las interacciones sociales. Aunque algunas personas lo confunden con la timidez, se trata de un tipo muy común de trastorno de ansiedad. Es sumamente incapacitante ya que interfiere en el día a día de las personas que lo padecen.
La ansiedad es uno de los principales males del siglo XXI. Se estima que en torno a un 40% de población sufre algún trastorno relacionado con la ansiedad. Además parece que alrededor de un 3% de la población sufre ansiedad social y alrededor de un 30% le produce miedo hablar en público.
El trastorno de fobia social es un trastorno que puede llegar a ser bastante incapacitante y que se encuentra estigmatizado en nuestra sociedad.
La fobia a la gente
Este tipo de “fobia a la gente” se suele desarrollar en el periodo de la adolescencia. Las experiencias traumáticas sufridas en la juventud o una sobreprotección de los padres son dos de las causas que pueden provocar este tipo de ansiedad.
Sigamos con el ejemplo de Ana para comprenderlo mejor y poder responder a la pregunta sobre si tengo ansiedad social.
Conforme Ana fue cumpliendo años se dio cuenta de que la situación lejos de mejorar, empeoraba. Le costaba mucho esfuerzo enfrentarse a situaciones como hablar con su jefe, conocer gente nueva o incluso salir con sus amigos de toda la vida.
Nada de ella le gustaba y siempre recreaba en su mente situaciones en las que anteriormente había hecho el ridículo o había pasado vergüenza. Estaba totalmente segura de que volvería a pasar. Se pondría roja y no sería capaz de articular palabra. Intentaría evitarlo y se pondría a sudar y estaría aún más nerviosa. Eso con sus amigos.
Lo de hablar con su jefe para decirle que la semana que viene tiene médico y necesita el día libre, ¡ni pensarlo! ¿Qué podría pensar de ella? Por ello intentaba evitar por todos los medios este tipo de situaciones.
La fobia o ansiedad social se compone de síntomas físicos (taquicardias, temblores, sudoración, enrojecimiento, pérdida de control,…) y síntomas cognitivos (ansiedad anticipatoria, baja autoestima, pensamientos negativos, evitación de situaciones, preocupaciones no fundamentadas, miedo irracional, nerviosismo…). Pero de todos si por algo se caracteriza la fobia social es por el miedo a ser juzgados.
La fobia a sudar
Un caso muy concreto de trastornos de ansiedad social, es la genera por la fobia a sudar. Algunas personas, por motivos hormonales, tienden a sudar mucho y temen que esto se note.
La paradoja, es que cuanto más intentan controlarlo y que no se note, más nerviosos se ponen y más sudan.
Pues no cómo tal, mas que síndrome hablamos de un trastorno psicológico. Sin embargo, este también puede ser un síntoma común a varios cuadros psicológicos, como ocurre en lo que conocemos como Síndrome del Impostor.
Existen cantidad de situaciones cotidianas donde podemos ver ejemplos de este “síndrome” o trastorno de ansiedad social. Lo más frecuente es que ocurra en relaciones en grupo. La razón de esto tiene que ver con el control, es mas complicado ser capaz de analizar las reacciones de una multitud de gente.
También porque las relaciones en grupo son menos personales y de alguna manera conllevan hacerse de notar, algo que la persona con ansiedad social le cuesta mucho.
Sin embargo, cuando el trastorno de ansiedad social ha cicatrizado más fuerte, el simple hecho de tener que entrar a un establecimiento y pedir un producto puede generar ansiedad.
A continuación voy a compartir contigo 5 breves preguntas que podrán a hacer un primer screening para saber sufres un trastorno de fobia social. Puedes hacerlo aquí.
El primer paso para superar la ansiedad social es aceptar que tenemos un problema y dar el paso de pedir ayuda. Acudir a un psicólogo (clínico o sanitario) especializado en trastornos de ansiedad y llevar a cabo un tratamiento cognitivo-conductual es primordial para conseguir tener una mejor calidad de vida.
Y te preguntarás… “Si tengo ansiedad social y mi principal temor es sentirme juzgado, ¿cómo demonios voy a acudir a un psicólogo?”.
Un psicólogo especializado está preparado para enfrentarse a este tipo de situaciones y en ningún momento te juzgará. Todo lo contrario. Te ayudará a lo largo del proceso para que de manera paulatina puedas ir enfrentándote a las situaciones que temes. Siempre de manera gradual y siendo tú la persona que controle los ritmos de las sesiones.
A través de métodos como la exposición a las situaciones temidas y el aprendizaje de habilidades sociales se comienzan a observar mejorías. De suma importancia son las técnicas de tipo cognitivo como la reestructuración de pensamientos, la resolución de problemas, la inoculación del estrés o la adquisición de técnicas de respiración y relajación.
No obstante y ante las dificultades de acudir a un psicólogo de manera presencial existe la opción de acudir a terapia de manera online. Quizás de esa manera sea más sencillo en un primer momento dar el paso de recibir ayuda.
Algunas veces, la fobia social ocupa un periodo de nuestras vidas porque nos sentimos inseguros o porque aún no hemos madurado del todo, sin embargo, tan importante es salir de la fobia social, como lo que hemos aprendido a hacer para poder acabar con ella.
¿Es posible superar la fobia sin ir al psicólogo? Pues quizás lo sea, pero yo me plantearía si evitar ir no es parte del problema de la misma fobia. Considero que en este tipo de casos, el mero hecho de acudir a terapia, ya es muy terapéutico.
Una vez reconocido el problema es adecuado buscar el apoyo de las personas más cercanas. Hablar de lo que ocurre, temores y dificultades, es positivo para fomentar el desahogo emocional. Por supuesto, sin prisa pero sin pausa. Sin agobios y a tu ritmo.
Si hablar con los más allegados cuesta algo de esfuerzo otra opción para liberarnos es escribir un diario. El objetivo es sacar todo aquello que nos causa malestar y nos impide ser nosotros mismos. De esta manera podemos apuntar los pequeños avances que vamos consiguiendo y reforzarnos por cada pequeño paso que vamos dando. ¡Premia tus esfuerzos!
Quien sufre ansiedad social cree que la evitación es la solución y al revés, esto contribuye a reforzar el miedo social. Nada más lejos de la realidad. Los problemas se solucionan cuando nos enfrentamos a ellos.
Busca alguna actividad que te guste que implique estar con gente (por ejemplo, bailar, hacer algún tipo de deporte o formar parte de un grupo de lectura). Cuando comiences a enfrentarte a las situaciones que te generan malestar, irás ganando confianza poco a poco.
Recuerda lo que dijo Kurt Goldstein: “El temor agudiza los sentidos. La ansiedad los paraliza”.
¿Cómo superar el miedo a la gente?
En cierto modo se trata de ralativizar y darnos cuenta que no podemos ser perfectos. Aprender a ser vulnerables supone aprender a entregarse y que si nos hacen daño, podamos comunicarlos o digerirlo de manera madura.
Superar el miedo a la gente implica poder aceptar la crítica y aprender expresar lo que sentimos sin tratar de ser perfectos.