síndrome del impostor

Síndrome del impostor: test, libro y cómo superarlo

Dudas a menudo de tus capacidades, en determinados momentos sientes que vas a defraudar o piensas que los demás se van a dar cuenta que eres un fraude. Si te ocurre esto, o algo similar, necesitas vencer el síndrome del impostor.

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor o síndrome del fraude, es un terminó psicológico que fue bautizado por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978. El síndrome nace de la necesidad de homogeneizar una serie de respuestas psicológicas y emocionales comunes que las psicólogas encontraban en sus pacientes.

No tiene nada que ver con el síndrome de Capgras, el cual es un síndrome psicótico donde la persona cree que un familiar suyo ha sido sustituido por un impostor (delirio).

La primera vez que oí hablar del Síndrome del impostor fue en el libro Instrumental de James Rhodes. No sé si conocerás a James, pero si no has leído nada sobre él, te lo recomiendo encarecidamente. A continuación te voy a hablar sobre este libro del síndrome del impostor.

Síndrome del impostor libro

Rhodes es un concertista de piano con una historia vital abrumadora. Sufrió desde pequeño numerosos abusos sexuales, experiencias de acoso escolar, abandono emocional y otras. Actualmente, además de su labor como músico, actúa promoviendo una nueva consciencia y visibilizando el abuso sexual infantil.

El libro que habla sobre el síndrome del impostor

En sus libros podemos apreciar la profunda marca que han dejado en él sus experiencias tempranas. Fue gracias a su libro que yo conocí el síndrome del impostor.

A él le ocurre que cada vez que tiene que subirse a un escenario e interpretar alguna de sus piezas. Sobre todo, al comienzo de sus giras. Anticipa que sus oyentes van a darse cuenta de sus fallos y van a llegar a la conclusión de que no tiene suficiente talento para cómo estar ahí.

Todas sus inseguridades se activan cada vez que tiene que exponerse al público y prevée situaciones catastróficas. Sin embargo, reconoce que nunca le ha ido mal en un concierto, y que cuando alguno le ha salido un poco peor, la gente ha continuado aplaudiendo.

De alguna manera, vaticina una respuesta hostil y cruel a la hora de juzgado por parte de los demás. Según avanza la gira y comprueba que las cosas van saliendo bien, puede relajarse.

instrumental james rhodes
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Incapacidad para sentir estar a la altura

A raíz de leer su libro comencé a interesarme por las claves para saber cómo vencer el síndrome del impostor, ya qué, en mayor o menos medida, es algo que he detectado que ocurre en consulta con cierta frecuencia. Me preguntaba si sería lo mismo que le sucede a las personas que tienen pánico a hablar en público. Y de alguna manera, son reacciones parejas.

Test del síndrome del impostor

Para saber cómo el vencer el síndrome del impostor en primer lugar debemos saber a que nos enfrentamos, estas son algunas de las características del mismo y que conforman el test del síndrome del impostor.

No se incorpora el éxito

Las personas que sufren este síndrome tienen una gran dificultad para internalizar sus logros. No suelen creerse las cosas que hacen bien, y se dan así mismos explicaciones alternativas como que es fruto de la casualidad, que no ha sido para tanto….

Perfeccionismo

Suelen ser personas perfeccionistas y con una gran tendencia al control. La necesidad de control extrema encarcela el miedo a sentir rechazo, crítica y en general, cualquier sentimiento o emoción negativa.

Sentimiento de vulnerabilidad

Son personas que experimentan mucha vergüenza, y qué, en otros ámbitos de su vida relacionados con la esfera social, tienden a controlar mucho lo que dicen, cómo se comportan, étc. Suelen sentir que molestan o incordian, y no se han sentido aceptados tal y como son. Razón por la que intentan esconder sus “taras” y tratan de mostrar una buena imagen.

Irracionalidad del pensamiento

Ellos/as pueden reconocer de manera más o menos clara que sus miedos son irracionales y que no es cierto que lo hagan tan mal. Sin embargo, en los momentos previos de enfrentarse a la situación sienten un vértigo terrible y sus pensamientos son de carácter irracional.

Autoboikot

El autoboicoteo es una de los mecanismos de defensa a la hora de afrontar la presión. Ante el miedo al error, evitan e incluso fallan adrede para prepararse ante la crítica. Esto provoca que finalmente se rinda peor de lo que realmente se sepa y haga crecer la inseguridad.

¿A quién afecta el síndrome del impostor?

Como te contaba en el punto anterior, el síndrome del impostor afecta a aquellas personas que son muy exigentes consigo mismos y que tienen mucho miedo a mostrar su vulnerabilidad.

Ante este tipo de situaciones, el sentimiento de inseguridad se despierta y genera reacciones de angustia y/o pánico. Además, de gran cantidad de pensamientos catastróficos.

Es curioso qué, a las personas que he conocido que les ocurría, la mayoría eran músicos. Solían ser personas muy inteligentes, pero socialmente inseguros. Acostumbradas a estar con poca gente y que en grupos sociales con personas desconocidas pueden pasarlo mal.

El miedo al fracaso es más hacia fuera que hacia dentro. Es decir, el mayor temor es que se vea. No suelen tener problema con reconocerse a sí mismos que algo no ha salido bien.

Síndrome del impostor y altas capacidades

Se ha relacionado el síndrome el impostor con las altas capacidades. Sería el caso de personas tienen grandes capacidades cognitivas, con las que de alguna manera compensan el déficit de maduración emocional.

Esto no quiere decir que no sean emocionales o que no entiendan las emociones, si no que tienen baja tolerancia emocional.

Tratamiento del síndrome del impostor

El síndrome del impostor no tiene un tratamiento psicológico establecido, ya que no está recogido como un trastorno psicológico, y por tanto, no tiene una guía de tratamiento.

Sin embargo, esto no quiere decir que no se pueda intervenir para finalmente vencer el síndrome del impostor. Yo encuentro dos caminos que habría que trabajar simultáneamente:

Cómo trabajar el síndrome del impostor

El primero va referido al síntoma y a la regulación emocional. El síntoma más incapacitante del síndrome es la angustia anticipatoria, después de enfrenar la situación, la persona suele sentir alivio o incluso satisfacción. La cuestión es que por más veces que la enfrente, si vuelve a pasar un tiempo hasta la próxima vez que lo tenga que hacer, la persona volverá a sentir esa terrible angustia.

Normalmente la persona que lo sufre, trata de aguantar esa angustia y seguir por amor propio y por la pasión que siente por lo que hace. Por el contrario, lo que va ocurriendo según pasa el tiempo, es que se va agotando y cansando de sufrir. Razón por la cual puede decidir abandonar su pasión.

Intervenir sobre el síntoma implica, en primer lugar, aprender a regularnos. Revisar todos esos pensamientos que aparecen cuando estamos en fase ansiosa, y qué son los que llamamos en psicología distorsiones cognitivas.

Aprender a identificar esos pensamientos irracionales y colocarnos de vuelta en la realidad, puede ayudarnos a calmar la ansiedad. Por otro lado, las compulsiones y evitaciones que se hacen, derivadas de la respuesta de ansiedad, contribuyen a reforzar el síndrome y la inseguridad.

CÓMO CURAR EL SÍNDROME DEL IMPOSTOR

En segundo lugar, el trabajo tiene que ver con la persona en su totalidad. Realmente, el síndrome del impostor es la expresión sintomática de algo mucho más global. Sin embargo si se expresa por ejemplo en el ámbito laboral, ocasiona mucho sufrimiento, ya que es algo a lo que tenemos que enfrentarnos con asiduidad. No es como si le tengo pánico al dentista, que voy una vez, paso un mal rato y se acabó.

Hay un trabajo profundo que hacer sobre la aceptación y el vínculo con uno mismo, la falta de empoderamiento y el permiso para ser tal y como somos. El trabajo global, consiste en ser capaces de sentirnos validos como somos, y poder expresarnos con vulnerabilidad. Que el miedo a la crítica o el rechazo no nos destruya ni varíe quiénes somos.

Esta labor no es meramente teórica, también tiene que ser práctica. Es decir, cambiar nuestra forma de vincularnos con el mundo y las personas: atreverse a ser espontáneos, a mostrar las debilidades y a decir lo que realmente se quiere o necesita.

Es posible que al comienzo genere mucha ansiedad, pero si finalmente se consigue la libertad, será maravilloso.

Referencias bibliográficas:

  • Jiménez, E. F., & Moreno, J. B. (2000). El pesimismo defensivo y el síndrome del impostor: análisis de sus componentes afectivos y cognitivos. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica5(2), 115-130.
  • Fernández, E., & Bermúdez, J. (2000). Estilo atribucional, autoobservación y defensividad: el caso del síndrome del impostor y el pesimismo defensivo. Revista de Psicología Social15(2), 165-180.
  • Bogiaizian, D. (2018). Síndrome del impostor: teoría, evaluación e implicancias clínicas. In X Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XXV Jornadas de Investigación XIV Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología-Universidad de Buenos Aires.

Si no sabes como conseguir pacientes a través de Internet, esta guía te dará claridad.