Si estas leyendo esto es porque posiblemente te han hablado o sufres lo que en psicología se entiende como pensamientos intrusivos. En este artículo vamos a descubrir que son y cómo evitarlos.
¿Qué son los pensamientos obsesivos?
Los pensamientos obsesivos o intrusivos no son más que ideas que aparecen en nuestra mente, de manera repetida y de una manera que sentimos que no nos podemos liberar. Se llaman intrusivos precisamente por esto, ya que llaman a las puertas de nuestra conciencia sin que nosotros lo deseemos.
Este tipo de pensamientos se consideran egodistónicos cuando están desconectados de nuestro sentir y los reconocemos como algo que en realidad no pensamos, aunque el mero hecho de tenerlos, nos angustia y genera ansiedad.
Pongamos el ejemplo de un paciente que atendí unos meses atrás:
Recurrentemente me viene la idea de que me gustan los hombres. Yo sé que no, pero no puedo dejar de pensarlo y me angustia mucho. ¿Será que quizás me estoy negando mi sexualidad?
Pensamientos instrusivos y TOC
Cómo puedes ver en la cita anterior, mi paciente reconoce que no se siente atraído por los hombres y esto es algo que puede ver con claridad cuando se calma, sin embargo, el hecho de tener estos pensamientos le genera mucho mal estar y le llevaba a dudar de sí mismo.
Este tipo de pensamientos son propios del trastorno obsesivo compulsivo, más comúnmente conocido como TOC. Cuando los pensamientos no son ajenos a nosotros, si no que se viven con cierta dosis de realidad, entonces decimos que son egosintónicos
En este caso ya no hablamos tanto de pensamientos obsesivos si no de delirio. Esta es la principal diferencia entre el TOC y el trastorno psicótico.
De nuevo, veamos un ejemplo de delirio:
Estoy muy nervioso, creo que he encontrado algo muy importante. Creo que he descubierto la cura definitiva para el cáncer. ¿Tú me crees? ¿verdad?
Los pensamientos prohibidos
Bien podríamos llamar a los pensamientos intrusivos, pensamientos prohibidos. Las obsesiones que ocurren en el TOC pueden llegar a ser muy incapacitantes.
Por ejemplo, las obsesiones de contagio o enfermar, pueden llegar a ocupar gran parte de la vida de la persona y que prácticamente esta se dedique a la realización de las compulsiones.
Para más inri, algunas de estas obsesiones generan mucho miedo y la creencia de estar loco/a cuando tienen que ver con determinados temas. Es en estos casos cuando creo que tiene sentido hablar de pensamientos prohibidos, ya que la persona se siente mal por tener esos pensamientos e intenta darles una explicación de forma constante y también tratar de arrancárselos.
Es importante dejar claro que estos pensamientos no tienen un significado más allá, al menos, no de manera literal. Sí que es cierto que reflejan partes no admitidas de nosotros mismos, pero eso no quiere decir que deseemos hacer lo que estamos pensando.
¿Y si me vienen pensamientos con imágenes?
Es muy frecuente también que los pensamientos se presenten con imágenes, o que incluso solamente haya imágenes. Esto es bastante habitual en el trastorno de estrés postraumático, pero también en el TOC.
En estos casos, las imágenes son exactamente lo mismo que los pensamientos, ideas irracionales.
Tipos de pensamientos intrusivos
Existen diferentes tipos de pensamientos obsesivos, al igual que existen diferentes tipos de toc. En esencia todos tienen el mismo funcionamiento, a continuación, te voy a hablar sobre los más clásicos y que mayor mal estar generan:
- Pensamientos e imágenes sexuales
- Pensamientos e imágenes violentos
Estos son los dos escenarios principales de pensamientos que más dolor y duda respecto a la propia identidad generan. De nuevo, insisto, las obsesiones solamente son eso, obesiones (pensamientos irracionales).
Pensamientos instrusivos violentos
Una paciente que traté hace un tiempo en consulta, venía muy asustada porque a veces le venía a la mente la imagen de sí misma cogiendo un cuchillo y matando a su familia.
Ella no quería hacerlo. Tras trabajar el TOC y sus síntomas, nos dimos cuenta que era una persona que tendía a reprimir la rabia y no se permitía sacar su lado agresivo cuando le hacían daño, pero ni mucho menos deseaba hacer algo así, de hecho, le horrorizaba. tal cosa.
Su parte no admitida en este caso, dicho en plata, era tener mala leche. Y esta parte no admitida se expresaba en forma de pensamientos obsesivos, tenía miedo de sí misma por algo que es completamente normal, como puede ser enfadarse o sentir ganas de hacer daño en ciertas ocasiones.
¿Por qué tengo pensamientos repetitivos desagradables?
Lo primero que debes saber es que no es tu culpa y mucho menos, es señal de locura. El hecho de tener pensamientos repetitivos desagradables puede deberse a muchas causas.
La más habitual es tener un trastorno obsesivo compulsivo, sin embargo, no des por hecho este diagnóstico sin consultar previamente a un especialista.
A veces también puede darse tras un acontecimiento traumático, cómo puede ser sufrir un abuso sexual.
¿Son involuntrarios?
Desde luego que si, no eres lo que piensas. Que estos pensamientos aparezcan cómo martillos no quieres decir que te representen. Es algo que por desgracia, nuestra mente es capaz de hacer de forma involuntaria y ajena a nuestro control.
Diferencia entre pensamientos rumiativos e intrusivos
Es necesario diferenciar entre el pensamiento rumiativo y el pensamiento intrusivo. El pensamiento rumiativo tiene que ver con la preocupación. Es decir, es un tipo de pensamiento en círculos cerrados y en bucle, donde no se saca en claro ninguna conclusión, pero sí se genera angustia.
¿Qué son los pensamientos rumiativos?
El pensamiento rumiativo es muy caractetístico del trastorno de ansiedad generalizada, sin embargo, suele darse en el TOC conjuntamente con las obsesiones.
Por ejemplo, en el caso de la última paciente que te he contado, ella por un lado tenía obsesiones en forma de imágenes donde se veía cogiendo el cuchillo y después rumiaba el significado de esto y si habría algo malo en ella o sería mala persona.
¿Cómo me quito los pensamientos obsesivos?
No pienses en un elefante rosa… ¿lo has pensado?
Bueno, quizás ahora no haya funcionado porque me estas leyendo tras una pantalla, pero por lo general, nuestro cerebro se rige bajo una norma muy estricta en cuanto a los pensamientos se refiere: lo que resiste, persiste.
Dicho de otro modo, si cuando tenemos obsesiones, intentamos quitárnoslas, pensar en otra cosa a la fuerza para competir con ellas o arrancárnoslas de malas maneras, lo que vamos a hacer paradójicamente, es que estas aumenten.
La única forma de relacionarnos con ellas es mediante la aceptación. Un error muy frecuente y que algunos terapeutas cometen, es tratar de reestructurarlas. A las obsesiones no hay que darles veracidad ni negociar con ellas, son simplemente ruido.
Imagina que durmieras al lado de alguien que ronca. Si estuvieses todo el rato intentando no oírlo te frustrarías y no podrías dejar de atenderlo.
Lo mejor es no pelearse con el hecho de que estén ahí y llevar a cabo algún tipo de distracción para evitar hacer la compulsión, que es a fin de cuenta lo que refuerza la obsesión.
¿Cómo me puedo distraer? Puedes encontrar miles de formas, incluso un juego de móvil.
Espero que te haya gustado y haya sido útil este artículo. Si necesitas ayuda con algo, no dudes en contactar.
Referencias bibliográficas:
- González, M., Ramírez, G., del Mar Brajin, M., & Londoño, C. (2017). Estrategias cognitivas de control, evitación y regulación emocional: el papel diferencial en pensamientos repetitivos negativos e intrusivos. Ansiedad y Estrés, 23(2-3), 84-90.
- Prats, C. M., Martí, A. G., Belloch, A., Morán, M. L., Rodríguez, C. C., & Barber, M. E. C. (2003). Pensamientos intrusos en obsesivos subclínicos: contenidos, valoraciones, estrategias de control. Revista de psicopatología y Psicología clínica, 8(1), 23-38.
- Pareja, M. Á. V. (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para el trastorno obsesivo compulsivo. Psicothema, 13(3), 419-427.