Hay muchas creencias alrededor de bajar rápido de peso, algunas son ciertos y otras son un engaño. Tomar agua todos los días es muy importante para el desarrollo, pero ¿es tan poderosa?
En este artículo vamos a descubrir que hay de cierto en la idea de que beber agua sirva para bajar de peso.
¿Beber agua sirve para bajar de peso?
Es muy común escuchar el consejo de tomar mucha agua al día para bajar de peso. Vale, ¿y cuánto es mucha? Publicaciones de Harvard recomiendan un consumo de 4 a 6 vasos de agua al día para evitar una deshidratación.
Pero este valor puede variar según la etapa de desarrollo, la salud, actividad física, la temperatura ambiente o si la persona está en estado de embarazo. Y una botella de agua no es la única forma de ingerirla, también está presente en frutas.
En fin, muchos creen que al beber mucha agua están quemando calorías, y si es fría mucho mejor porque se requiere más esfuerzo para adaptarla en el interior; o se cree que inhibe el apetito. ¿Qué tan cierto es esto?
Deshaciendo el mito
Se han realizado varios estudios que confirman que un consumo regulado de agua, ofrece como beneficio reducir la cantidad de ingestas en ciertos casos; en otros solo ayuda a mantener el peso actual.
Realmente el agua puede evitar que aumenten algunas calorías innecesarias, por ejemplo: imagina que después de almuerzo sientes un poco de hambre, y puedes elegir entre algún postre o un vaso de agua; si eliges el agua te sentirás saciado, pero con el postre puede que incluso quieras más.
Sin embargo, el agua no quema calorías. Esta no proporciona energía, de manera que, no llega a afectar el metabolismo, aspecto fundamental para adelgazar. Aunque la costumbre de beber agua cada mañana es muy saludable, no equivale a disminuir la grasa.
En fin, ¿sirve o no para adelgazar? Si tu método para bajar peso se conforma únicamente por este método de tomar mucha agua, no sirve. Si realizas ejercicio constantemente y tienes hábitos alimenticios saludables, esto te puede ayudar en gran medida, según un estudio.
El solo consumo de agua tiene beneficios para la salud, pero no afecta directamente en una quema de calorías; aún no hay evidencias suficientes para afirmar lo contrario.
¿Beber agua con limón adelgaza?
Es un pensamiento popular que el agua con limón es una bebida mágica, milagrosa por todas las propiedades que tiene, como: desintoxicar, mejorar la digestión y adelgazar. ¿Es verdad?
Sí es cierto que el limón es una gran fuente de vitamina C, potasio y otros minerales. Esta vitamina C tiene gran relación con la generación del colágeno. También se le adjudica un poder antioxidante, lo que le permite neutralizar posibles sustancias cancerígenas.
Estudios realizados por la Fundación Español de Nutrición han confirmado que un alto consumo de vitamina C mejora el sistema inmunitario, defendiendo a la persona de enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas o cataratas.
Al tomar agua con limón adquieres las propiedades de sus dos componentes: el agua y el limón. Y ninguno de estos dos acelera el metabolismo, por lo que no tiene efecto en tu peso. Sin embargo, es una muy buena costumbre.
Otros mitos:
Alrededor de perder peso rápido hay muchas creencias, en donde la mayoría de estas son falsas, y las otras son peligrosas para la salud. Conoce qué cosas no ayudan a adelgazar.
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La sauna adelgaza
Los gimnasios suelen tener un sauna porque es una muy buena opción para desconectarse y relajarse por un momento. También aplica para descansar del trabajo, o incluso sin necesidad de sentirse cansado.
Muchos lo frecuentan por la creencia de que elimina toxinas, cosa que es totalmente falsa. No hay evidencia científica que respalde que el al sudar se desintoxique el cuerpo, ya que el sudor solo contiene un 1% del total de toxinas. Y esa afirmación es tan falsa como decir que el sauna también ayuda a perder peso.
Sí es una practica recomendada porque aporta beneficios al cuerpo y a la mente. Pero no se debe relacionar el sudar y el perder líquidos, con perder grasa. Esto debido a que los líquidos se recuperan fácilmente al tomar agua o consumir algún alimento.
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Las fajas reductoras
Las fajas reductoras aumentaron su popularidad en la década de los 90, y por eso podemos encontrarlas de diversas formas y colores. Esta es la solución inmediata para lucir delgada sin esfuerzo alguno, por eso son tan usadas.
Esta se puede usarse de diferentes maneras, ya sea durante una hora, todo el día, o al dormir. Pueden usarse más de una al mismo tiempo, para mas esbeltez. Pero esta linda figura que se obtiene con una faja, ¿se mantiene al removerla?
Si alguna vez has usado una, ya sabrás que, al quitar la faja el cuerpo conserva la misma figura por un tiempo inmediato, para después volver a su forma original. Esto quiere decir que la grasa que había en el abdomen no desapareció, solo se reacomodó.
Así se genere calor en la zona, hasta el punto de sudoración, no hay forma de que ese aumento de temperatura genere una destrucción de la grasa. La masa magra acumulada no se derrite, cual hielo en la intemperie.
La presión de la faja tampoco influye en la perdida peso. Si está muy apretada puede llegar a ocasionar daños internos, con respecto a la circulación linfática o aumentar la posibilidad de desarrollar trastornos en la piel.
Y si la presión es moderada, no va causar ningún cambio permanente porque los adipocitos se ubican de manera que no se puedan mover ante una compresión leve.
Por lo que muchas de las maravillas alrededor de la faja son mentira, no son capaces de controlar la retención de líquidos y no adelgazan.
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Saltarse comidas
Muchas veces se asocia el comer con el engordar, y se comete el error de pensar que, si no se come, sencillamente no se engorda y logra la figura deseada.
No pienses que, al dejar de comer, menos calorías ingresan a tu cuerpo y pierdes peso sin problema. Esto puede ser peligroso y es posible que ocasiones un efecto rebote, esto significa que vas a recuperar más peso del que perdiste.
Lo que los profesionales de la nutrición recomiendan para bajar de peso es ingerir las calorías necesarias, pero distribuidas en varias comidas al día, por lo menos cinco. Con eso se logra que el cuerpo reciba energía cada cierto periodo de tiempo, y acelere el metabolismo.
Este cambio en el metabolismo aumenta el gasto calórico y disminuye las grasas almacenadas. Sucede porque el organismo nunca se va a encontrar ante un estado de hambre prolongada, así que no necesita acumular grasa.