Superar una ruptura de pareja

¿Es verdad lo de que un clavo saca otro clavo?

Quién más y quien menos se ha visto obligado a superar una ruptura de pareja. En ese momento parece que la vida se hace añicos. Todo lo que se había construido hasta ese momento cae en un saco roto. Creemos haber perdido el tiempo invertido con esa persona y por supuesto estamos seguros de que jamás de los jamases vamos a poder superarlo.

No obstante y aunque en ese momento veamos todo de color negro, todas las rupturas se pueden superar. En artículo vamos a reflexionar entre otras cosas, si la mejor manera de pasar página es conociendo a otra persona. ¿Será cierto aquello de que un clavo saca otro clavo?

Superar una ruptura sentimental es atravesar un duelo

Como cualquier otro proceso, una ruptura sentimental no es algo lineal ya que se pueden producir recaídas. Y por supuesto no vamos a estar bien de la noche a la mañana.

Aunque parezca algo exagerado, cuando finalizamos una relación atravesamos una especie de duelo semejante a cuando muere algún ser querido.

Pasamos por las siguientes fases: negación (“no es posible que hayamos roto, no me lo creo”), ira vinculada hacia sí mismo, hacia el otro o hacia el mundo en general (“¡le odio, se va a enterar de quién soy yo!”), negociación (“le voy a proponer vernos de nuevo porque voy a cambiar y todo irá a mejor”), depresión (“me siento tan triste sin él, no tengo ganas de nada”) y aceptación (“si no hubiera sido ahora, lo hubiéramos dejado más adelante… era lo mejor para los dos”).

Sin embargo cada persona lo experimenta de manera diferente ya que todo ello depende de diversos factores como el tiempo de relación, circunstancias que han llevado al fin, experiencias previas o características personales de cada uno.

Fases de una ruptura

Esto no es algo lineal y no es que haya un recorrido único para cada persona, pero es normal seguir una serie de fases ante una ruptura. Estas son las propias de cualquier proceso de duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

No tienen porque ser en ese orden ni pasar por todas, ya sabes, sobre la forma de sentir de cada uno no hay nada escrito.

El final duele

A pesar de que cada fase es diferente, todas ellas llevan implícito el dolor para superar la ruptura. Hay que normalizarlo y permitirnos estar mal durante un tiempo. Al finalizar una relación no solo perdemos a nuestra pareja, sino al que creíamos que era nuestro compañero de vida, nuestro mejor amigo, nuestro bastón de apoyo.

Así que, llora. Todo lo que necesites. Suéltalo todo. No necesitas a nadie para estar bien, contigo mismo te bastas y te sobras. Como decía Francisco de Asís: “Cada día necesito menos cosas y las pocas cosas que necesito las necesito muy poco”.

Hasta que no se llega a la fase de la aceptación en la que somos conscientes de que esa relación estaba abocada al fracaso no seremos capaces de pensar de manera objetiva y realista.

Separarse duele, por tanto, uno de los mejores consejos que te puedo dar para saber cómo afrontar una separación, es no hacerla interminable.

Esto sólo es el comienzo

guia dependencia emocional

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¿Cómo superar una ruptura de pareja?

El amor y las drogas tienen algunas cosas en común. Según diversas investigaciones se ha observado que en ambos casos se activan y utilizan los mismos circuitos neuronales. Igual que las drogas “enganchan”, el amor también.

Es por ello que al finalizar una relación sobre todo si somos la parte que no ha tomado la decisión, sentimos la necesidad imperiosa de tener noticias del otro. Como en las drogas, tenemos “mono” de nuestra ex pareja.

Contacto cero

Para superar una ruptura es fundamental guardar distancias y evitar todo tipo de contacto sobre todo en los primeros momentos. Al actuar así los circuitos neuronales y los neuroquímicos que se encargan de estos procesos (dopamina, serotonina,…) se acaban estabilizando para volver a la normalidad.

Nada de llamadas, mensajes ni mirar su perfil en redes sociales para ver si algo en su cuenta ha cambiado. Si se siente la necesidad de hablar con la otra persona, un buen método al que recurrir es escribir una carta o un mensaje donde podemos desahogarnos pero bajo ningún concepto enviárselo.

De alguna manera, tenemos que pasar el “síndrome de abstinencia”, hasta que nuestro sistema de apego vaya bajando pulsaciones.

El tiempo no pone las cosas en su lugar

Que sí, que el paso del tiempo ayuda a “enfriar” la situación. Pero de nada sirve que pase el tiempo si nosotros no actuamos en consecuencia.

A modo de ejemplo. Si nos rompemos una pierna, necesitaremos un tiempo de reposo para después ir a rehabilitación y comenzar a ejercitarla poco a poco. Pues con las rupturas igual.

Tras un tiempo de reposo para poner en orden nuestros sentimientos, es vital activarnos. Seguir con nuestra vida. Continuar haciendo aquello que tanto nos gustaba hacer. Darnos una nueva oportunidad para ser felices con nosotros mismos.

Así es, con nosotros mismos. Ya que nosotros somos la única persona que va a estar a nuestro lado siempre. Si no somos felices solos tampoco seremos capaces de ser felices y hacer feliz a alguien a nuestro lado.

¿Un clavo saca otro clavo?

Apóyate en aquellos que te rodean, abre tu círculo social, date la oportunidad de conocer gente nueva. Pero, ¡cuidado! Existe la creencia errónea de que es posible sustituir a esa persona por otra de manera inmediata, lo que llamamos popularmente un clavo saca otro clavo.

¿Cómo afrontar una ruptura?

Al finalizar una relación tenemos una herida que debemos curar. Eso se consigue con tiempo y sobre todo cuidados. De nada sirve intentar quitar un clavo para poner otro sin antes habernos curado. Con eso lo único que podemos conseguir es mantener relaciones tóxicas, fomentar nuestra dependencia emocional, evitar estar solos y tener una autoestima por los suelos.

La verdad es que no hay respuesta definitiva sobre cómo se debe afrontar una ruptura salvo lo que ya sabemos todos, rodearnos de nuestros seres queridos, potenciar nuestras relaciones sociales, aprender a manejar la soledad y cuidado con el alcohol y las defensas bajas.

Fuera de bromas, aunque ahora no puedas verlo y sientas que no vas a volver a enamorarte o tener algo igual, creéme, no has perdido esa capacidad, así que volverá a suceder cuando te recuperes.

Si te encuentras en este punto, es muy importante también cuidar la cabezas y los pensamientos negativos. Es muy posible que ahora por tu mente sucedan pensamientos cómo “no voy a volver a enamorarme” o “nadie me va a querer”. Estos pensamientos son algo que hace nuestro cerebro cuando estamos vulnerables, lo mejor que podemos hacer es no darles coba. Toca seguir adelante.

Pedir ayuda es de valientes

A veces creemos que la situación que estamos atravesando es algo liviano, sin importancia. Nos da miedo pedir ayuda. Nos olvidamos de que a nuestro alrededor contamos con gente que nos quiere, nos necesita y nos puede ayudar.

Mantener nuestra mente activa, realizar actividades gratificantes, contar con un círculo social que nos brinde su apoyo es imprescindible.

Y cuando creemos que la situación que estamos atravesando nos está superando y nos vemos en un pozo sin fondo o en un túnel sin salida, siempre podemos buscar la ayuda de un psicólogo especializado que nos dé “tiritas para el corazón partío”.

Si no sabes como conseguir pacientes a través de Internet, esta guía te dará claridad.