¿Algunas vez te has preguntado por cómo superar la dependencia emocional? Si es así, espero que este artículo aclare tus dudas. Comenzamos con un microrelato:
Médico: ¿Qué le sucede?
Paciente: Me encuentro mal. Me ocurre cada vez que siento que se aleja de mí. Tengo una sensación de presión constante en el pecho y a veces hasta me cuesta respirar. Lloro, me desespero, y lo peor es la cabeza. No puedo dejar de pensar. Sólo me tranquilizo cuando nos vemos, o si hablamos y veo que todo está bien.
Médico: Entiendo, apunte:
Medico: Se va a tomar un comprimido de 75 mg de su pareja por la mañana, otro después de comer y dos por la noche justo antes de irse a dormir para que le ayude a conciliar el sueño.
Paciente: Gracias, doctor.
Bien, después de esto, vamos a aprender como no ser dependiente emocional. ¿Te vienes?
¿Te ha pasado alguna vez lo que al “paciente” del microrrelato anterior?
Si te ha ocurrido, se llama dependencia emocional y en este artículo vamos a explicar qué es y porqué nos sucede y cual es su diferencia con el amor.
Dependencia emocional: Qué es
La dependencia emocional es una cualidad intrínseca del ser humano y no es algo negativo. Sí, estas oyendo bien. Todas las personas desarrollamos apego hacia muchas cosas, no sólo hacia otras personas.
Yo recuerdo que cuando era adolescente y tenía que hacer exámenes en el instituto, siempre me llevaba una figura que ponía encima de la mesa. Me daba seguridad y sino la tenía, me generaba cierta inquietud.
Eso es una dependencia emocional, ya que coloco en algo externo una parte de mí. Lo que convierte este fenómeno en insano o patológico, es qué colocamos de nosotros en lo externo. El ejemplo que os acabo de contar, no sería un ejemplo a fomentar, ya que colocaba en algo externo mi propio sentido de autoeficacia.
El objetivo no sería no depender, sino no tener esa inseguridad. La dependencia nace como un intento de solución para tratar de recuperar la homeóstasis. Esta se cimienta en un Yo en relación, donde mi valoración personal depende de la valoración del otro.
En muchas ocasiones, la persona dependiente sabe que debería abandonar la relación. Amigos y familiares están hartos de decírselo y aunque él o ella lo sabe, no se ve capaz de hacerlo. Esto, es algo normal.
Lectura recomendada: Con querer no es suficiente
Si quieres profundizar sobre dependencia emocional y apego, te recomiendo este libro: Con querer no es suficiente. Es seguramente, la guía más actualizada hoy día sobre este tema.
Dentro encontrarás las claves a muchas preguntas como: porqué siempre repetimos los mismos patrones en nuestras relaciones, porqué tendemos a elegir personas que nos lo van a hacer pasar mal o, explicaciones a la razón por la que en ocasiones, perdemos la cabeza por personas que ni tan siquiera nos gustan tanto.
7 Claves para dejar de depender emocionalmente de alguien
A ver, lo primero que me gustaría decirte es que ningún artículo, ni este ni cualquier otro, van a ser una solución definitiva para algo tan complejo. Lo que pretendo ahora es darte algunas claves o ideas sobre por dónde es necesario comenzar a trabajar la dependencia.
1. Regulación emocional
Uno de los síntomas más habituales en la dependencia emocional es la ansiedad. Cuando el sistema de apego se activa y anticipamos que la persona que nos gusta o queremos se encuentra distante, comienza activarse la necesidad de control.
Es fundamental aprender a trabajar con la ansiedad y a regular esas mociones para tener control interno.
2. Construye identidad
Aunque suene un poco clásico, encontrase a uno mismo es una de las patas fundamentales. Ahora, esto no significa leer libros de autoayuda o descargarse toda la bilbiografía de Paulo Coelho.
El objetivo es trabajar la propia identidad. Que el sentido de quiénes somos o de nuestro valor personal, no dependa de la persona con la que estamos.
3. Mejora la comunicación
La asertividad es una de las habilidades más importantes también. Acabar con la pasivo agresividad y aprender a transmitir las inseguridades.
4. Elige bien a tus compañeros sentimentales
Generalmente cuando pensamos en dejar de depender emocionalmente, pensamos en la típica frase “hay que aprender a estar sólos”. Sin embargo, la soledad no cura la dependencia.
Muchas veces el problema viene dado por el tipo de relaciones que formamos: relaciones de poder, con personas que no ofrecen seguridad, étc.
5. Pon en duda tus creencias acerca del amor
Como no podía ser de otro modo, muchas de las cosas que expresamos durante la vida adulta tienen que ver con los mensajes y valores en los que hemos sido educados. Por ejemplo, durante mucho tiempo, la mujer ha sido educada en que su vida tenia sentido si encontraba un hombre al que cuidar. Un mensaje también muy habitual es que una vida sin amor no merece ser vivida.
Este tipo de creencias tienen mucho que ver con los problemas de dependencia.
6. Rescata tus valores
En medio del caos de una relación o cuando nuestras inseguridades afloran, es fácil olvidarse de quiénes somos y de nuestros valores. Volver a conectar con ellos es fundamental. Hazte preguntas como ¿Qué quiero para mí? ¿Qué estoy dispuesto/a a aguantar y qué no? ¿Qué es lo que realmente me hace feliz?
7. Haz terapia
Como no puede ser de otra manera, la última “clave”, seguramente sea el mejor consejo que te pueda dar de todos. Aunque a lo largo de este artículo vamos a conocer las singularidades de la dependencia emocional, cada caso es un mundo. Ir a terapia es un proceso personal de autodescubrimiento donde podrás trabajar sobre aquello que necesitas.
¿Soy muy dependiente de mi pareja?
¿Cómo sé si soy muy dependiente de mi pareja? ¿Qué puedo hacer en ese caso?
En consulta estoy acostumbrado a verlo. Casos de personas que cuando están solteras, tienen un funcionamiento normal, completamente autónomo. Sin embargo, en cuanto entran en una relación de pareja, poco a poco esta va ocupando el centro de su universo.
Esta tendencia a desaparecer del mapa, se llama fusión. En cierto modo, puede ser “cómodo”, entregarse a otra persona y abandonarse a uno mismo. Mejor dicho, puede parecer cómodo, porque los efectos suele ser devastadores.
La solución pasa por comprender porque sucede esto y tomar acción sobre nosotros mismos. Más abajo, te hablaré de un curso que he grabado donde explico todo esto en profundidad, ya que en un articulo es complicado dar cabida a todas estas cuestiones.
¿Dependencia emocional sana?
Muchas dependencias emocionales son perfectamente sanas. Sin embargo, muchas personas dependientes emocionales piensan que el objetivo es abandonar todo signo de vinculación y apego.
Que yo tras una mala noticia necesite encontrar a una persona cercana en búsqueda de apoyo y consideración, no es una dependencia patológica ni un mal apego emocional. Sí lo es que no sepa como regularme y necesite constantemente que otro lo haga por mí.
“El factor determinante que nos convierte en dependientes emocionales es el grado de sufrimiento.”
Como podéis observar, a veces la franja entre lo sano o lo insano es también un poco frágil. Desde mi punto de vista, los factores determinantes que nos convierte en dependientes emocionales son el grado de sufrimiento y la baja autoestima ocasionada.
Miedo a la soledad
A menudo me encuentro en consulta muchas personas que me expresan tener mucho miedo a la soledad. Sin embargo, cuando han tenido parejas ausentes que les hacían sentir sólos/as, también lo estaban, pero ahí no tenían miedo.
Entonces, ¿el problema es la soledad, o lo que nos decimos a nosotros mismos que somos o valemos cuando no tenemos relaciones de pareja?
¿Por qué se produce la dependencia emocional?
Sí, siempre. Ser dependientes emocionales no quiere decir que lo tengamos por qué ser siempre, ni que no podamos vincularnos de manera distinta.
Mientras que la dependencia instrumental tiene mas que ver con la necesidad de que otra persona haga las cosas por nosotros, las personas que son dependientes emocionales, sufren desde la autoestima y el afecto.
Cuando conocemos a alguien y nos vinculamos, se activa en nosotros un circuito llamado sistema de apego. Este sistema es el encargado de proteger el vínculo para que este se mantenga en el tiempo. Es entonces cuando se activan nuestras inseguridades y nuestros esquemas internos “¿Seré suficiente para..?
Estos esquemas pueden ser muy diferentes y personales, pero casi siempre giran entorno a la idea de la falta de capacidad o valor para que la otra persona quiera estar quedarse a nuestro lado.
A veces estos esquemas se activan de forma mucho más drástica cuando nos relacionamos con una persona que no da seguridad.
La historia clásica consiste en dos personas que se conocen. Al comienzo todo es entrega y pasión, pero cuando pasa el tiempo uno de los dos comienza a mostrarse menos disponible, a tener menos interés o a dar un refuerzo intermitente.
Así comienza la ansiedad relacional o dependencia emocional. Da igual que seas hombre o mujer, si no quieres ser dependiente necesitas trabajar tu seguridad y saber elegir a las personas.
Las relaciones sexuales
En ocasiones la dependencia también afecta al ámbito de las relaciones sexuales, ya que estas se convierten en un vehículo para reestablecer el vínculo.
Ese famoso “colgarse” del sexo, es más un grito de urgencia del apego, que del deseo sexual en sí mismo.
Mi pareja es dependiente emocional
.Lo primero que hay que dejar claro, es que depender no es ningún pecado, y que no hay romper una relación porque depender sea tóxico o rollos de este tipo.
Muchas personas detectan que su pareja es dependiente de ellos, y esto suele agobiarles. Incluso pueden llegar a dudar de los sentimientos que tienen hacia él o ella.
Generalmente, cuando notamos que la otra persona está dependiendo de nosotros o se siente muy insegura, la respuesta natural que nos provoca es de rechazo. Desde el rechazo, nos distanciamos.
Esto no hace más que aumentar la inseguridad de la persona dependiente. Como parejas, podemos ayudar a nuestro compañero/a, dándole seguridad. Cuando la otra persona entiende definitivamente que no nos vamos a marchar, podrá tranquilizarse y relacionarse de una manera mucho más segura y serena.
Si mi pareja es dependiente emocional, está en sus manos el cambio. Sin embargo, nosotros como su pareja, podemos facilitar las cosas y así, tener una mayor calidad de vida para los dos.
¿Y la dependencia emocional dominante?
En efecto, existe también la dependencia emocional dominante. Solemos asociar la dependencia con sumisión, pero esta no es siempre así. En ocasiones, algunas personas dependientes emocionalmente eligen otras a las que de alguna manera pueden controlar, pero no nos confundamos, en estos casos tampoco hay seguridad.
¿Cuál es la personalidad del dependiente emocional?
A menudo suele confundirse la DE con el trastorno de personalidad dependiente. En este último, la persona si que reúne una serie de rasgos comunes como son la necesidad patológica de delegar su vida en los demás y el miedo a responsabilizarse de sus propias decisiones.
Dependencia emocional sumisa
En la dependencia emocional sumisa la persona queda anulada. Esto sucede habitualmente en las relaciones del maltrato, donde la autoestima de la persona va progresivamente y finalmente la persona queda a espensas de su maltratador.
Sin embargo, las personas sumisas y dependientes emocionales también suele tener estrategias de lucha como es el enfrentamiento pasivo.
¿Cómo saber si es amor o dependencia?
Amar y depender son dos cosas muy distintas pero que algunas personas confunden.
Las personas con tendencia a tener relaciones donde se colocan como dependientes emocionales suelen tener algo que se llama apego ansioso. Esto quiere decir, que la forma de relacionarse afectivamente es insegura y anticipan que van a perder a quien quieren. Esto es algo que generalmente se ha construido en el seno de la familia de origen.
Síntomas de dependencia
Las emociones y sentimientos que mediatizan estas relaciones tienen que ver con la incertidumbre. Esta incertidumbre se ve insuflada generalmente por personas que la alimentan, siendo poco claros respecto al vínculo, porque son muy independientes u otras razones. En el extremo se encontrarían los maltratadores psicológicos.
Esto provoca en las personas dependientes emocionales que no paren de pensar en su pareja, y en resumen, que se desvivan por él o ella. La pareja se convierte en un tema obsesivo debido al miedo constante a la pérdida, y la idea de desapegarse, algo inviable incluso con anestesia.
Cuando el dependiente emocional conoce a personas que no le proponen vínculos inseguros, siente que “falta algo”, ya que se ha acostumbrado a asociar el amor con la tensión y el sufrimiento.
¿Amar o depender?, esa es la cuestión.
Como dejar de ser dependiente emocional
Si estamos buscando la solución para saber como dejar de ser dependientes emocionales, esta viene dada por trabajar la identidad, ser capaces de regular nuestras inseguridades y comprender (de verdad) que el otro con su actitud no define quiénes somos. Una identidad y autoestima fuerte, no se tambaleará frente al abandono, simplemente podrá integrarlo sin sentir que se pierde así mismo/a.
Para entender esto mejor, te recomiendo echar un vistazo al ojo del que te hablaba al comienzo de este artículo. Puedes verlo aquí.
Si soy dependiente de mi pareja, lo que tengo que preguntarme es, ¿de qué soy dependiente realmente?
Evidentemente, esto no es algo que pueda resolverse leyendo un artículo. Es importante acudir con un profesional capacitado y sumergirse en un proceso de autoconocimiento personal, que nos conduzca a desarrollar un cambio.
Paciente: Amor, no eres medicina.
Referencias bibliográficas:
- Hoyos, M. L., Arredondo, N. H. L., & Echavarría, J. A. Z. (2007). Distorsiones cognitivas en personas con dependencia emocional. Informes psicológicos, 9, 55-69.
- Castelló, J. (2000). Análisis del concepto dependencia emocional. In I Congreso Virtual de Psiquiatría (Vol. 5, No. 8).
- Rodríguez de Medina Quevedo, I. (2013). La dependencia emocional en las relaciones interpersonales.