Paula aún recuerda aquel 30 de Enero cuando en plena autovía comenzó a encontrarse mal. Llevaba meses sometida a un alto grado de estrés en el trabajo, sus dos hijos pequeños apenas le dejaban tiempo para sí misma y se sentía realmente agobiada. Aquella tarde al coger el coche para ir a hacer la compra ese vaso de agua que gota a gota había ido llenándose, finalmente se derramó.
Sufrió un ataque de ansiedad que la obligó a retirarse poco a poco de la carretera. La sensación de opresión en el pecho, el recuerdo de los pitidos de los coches que circulaban alrededor o la creencia de la pérdida de control al volante le han rondado la cabeza durante meses. Desde entonces no han conseguido perder el miedo a conducir.
Ella misma es consciente de que de manera paulatina ha ido limitando los momentos de conducción. Aquel episodio quedó grabado en su cerebro de tal manera que actualmente cuando necesita coger el coche le resulta prácticamente imposible.
¿Cómo es posible? ¿Si a ella coger el coche era algo que le apasionaba? ¿Cómo puede tener miedo a conducir después de estar al volante durante más de 20 años? Desde entonces Paula sufre amaxofobia.
¿Qué es la amaxofobia?
La amaxofobia es el miedo manifestado ante la idea de coger el coche. Se trata de un tipo de fobia específica que se engloba dentro de los trastornos de ansiedad. Aunque se produce en ambos géneros el porcentaje de mujeres que lo sufre y que han dejado de conducir por ello es mayor.
El miedo al volante a veces se relaciona con situaciones específicas como conducir por autovía rápido y/o con mucho tráfico, conducir de noche, conducir solo, conducir atravesando túneles, puentes, carreteras estrechas o con muchas curvas, subir o bajar cuestas… Las condiciones meteorológicas adversas (lluvia, nieve o niebla) también son un factor a tener en cuenta.
¿El miedo a conducir es un miedo irracional?
En efecto, como todas las fobias, el miedo a conducir es un miedo irracional que no debe confundirse con el hecho de mostrar inseguridad al volante.
A pesar de que siempre se ha asociado al hecho de haber vivido una experiencia traumática como un accidente de tráfico, las causas son variadas: conductores que como Paula sufren un ataque de pánico mientras conducen, conductores que siempre han tenido un miedo excesivo en cuanto a la conducción y que nunca han superado, conductores que sienten miedo no de su propia conducción sino de las acciones de los demás, conductores con poca destreza, etc.
Este miedo irracional se puede relacionar con otros problemas o preocupaciones como la preocupación ante la posibilidad de que te ocurra algo mientras conduces y pierdas el control o el pánico ante el riesgo de tener un accidente mientras conduces con tus seres queridos.
Según el testimonio de Paula: “Tras ese día me intenté obligar a coger el coche para lo más necesario como llevar a los niños al colegio. Lo que antes era algo rutinario e incluso un momento que disfrutaba se convirtió en una auténtica tortura. En mi cabeza no dejaba de rondar la idea de que en cualquier momento volvería a tener un ataque de ansiedad, perdería el control del vehículo, el coche se estrellaría y algo malo les podría pasar a ellos,…
Se ha observado además que se suele tratar de personas con alto grado de responsabilidad y perfeccionismo, fragilidad emocional, antecedentes de ansiedad y/o depresión, baja autoestima y alta susceptibilidad al miedo.
¿Cómo quitarse el miedo a conducir?
La amaxofobia aparece cuando se interpreta una situación como peligrosa y amenazadora. Es en este momento cuando pensamientos, comportamiento y síntomas se unen.
El miedo a conducir hace que muchas personas sufran temblores, taquicardias, sudoración, tensión muscular e incluso mareos. Ansiedad antes, durante y a veces incluso después de ponerse al volante.
La anticipación de un accidente fatal y la postergación de la conducción hasta dejar el coche literalmente aparcado de por vida hace que el miedo se agrave e incluso se cuestione la posibilidad de poder quitarlo.
Sin embargo, perder el miedo a conducir es posible y la forma de hacerlo es siguiendo una terapia de exposición progresiva o desensibilización sistemática.
El miedo a coger el coche por primera vez
Aprobar el examen teórico y práctico no te convierte en conductor. Eso solo se consigue mediante la práctica y la experiencia.
¡Qué levante la mano quien no ha sentido algo de pavor al coger el coche por vez primera! Ese cosquilleo en la barriga al colocar la ansiada “L”, esos nervios al escuchar el rugir del motor o la necesidad de tener el asiento, el volante y los espejos colocados al milímetro. ¡Sin olvidar esa primera vez en la que se coge el coche solo!
Hasta aquí todo bien. El problema viene cuando esos nervios se transforman en pánico, bloqueo o incluso evitación a conducir. Nos equivocamos cuando tenemos miedo al miedo.
Sentir cierto grado de estrés e incluso miedo entra dentro de la normalidad y puede resultar adaptativo en la conducción. Al tener que estar pendiente de tantos y tantos estímulos es fundamental encontrarse atento y alerta a cualquier situación potencialmente peligrosa a la que tengamos que hacer frente.
No obstante conviene establecer una clara diferencia entre ese estado de alerta y la sobreestimación del peligro y el descontrol fruto de la amaxofobia.
¿Cómo se supera la amaxofobia?
Una de las quejas más frecuentes de las personas que sufren amaxofobia es la incomprensión por parte de su entorno más cercano.
Paula decidió acudir a terapia psicológica para superar la amaxofobia tras las reiteradas quejas de su marido: “Todos los días me decía que estaba exagerando, que era una tontería y que me había acomodado a que él me llevase a todos los sitios. ¡Decía que lo exageraba, que mi conducta no era normal! Cuando empecé la terapia pude observar que hay muchas más personas con mi problema. Solo eso para mí ya fue un gran alivio”.
¿Cómo perder el miedo a conducir?
Superar la amaxofobia es más sencillo con la ayuda de un psicólogo especializado que trate de identificar los pensamientos anticipatorios y dé pautas para controlar las reacciones fisiológicas fruto del miedo.
De gran utilidad resultan las técnicas de relajación y respiración, los ejercicios de autocontrol, la reestructuración cognitiva y el empleo de autoinstrucciones para aliviar el estrés sufrido.
Para retomar la conducción lo más recomendable es llevar a cabo un enfrentamiento gradual e individualizado a los estímulos temidos para que cada persona se vaya enfrentando de manera progresiva a sus miedos.
Cómo conducir con más seguridad
“Una vez comprendí lo que me pasaba y lo que implicaba el volver o no a conducir, mi psicóloga me recomendó combinar la terapia con la autoescuela. He de decir que no fue nada sencillo pero al mismo tiempo fue mi mejor decisión. Al fin y al cabo, ¿si todo el mundo conducía por qué no lo iba a hacer yo?”.
Para volver a conducir con mayor seguridad es importante tener en cuenta que en muchas autoescuelas se realizan cursos de “reciclaje” con el objetivo de trabajar este problema. Se establecen pequeños objetivos de conducción que son ampliados de manera progresiva siempre que la persona afectada esté preparada.
Volver a aprender. Poco a poco. Sin prisa, pero sin pausa. La clave está en ir ganando confianza en uno mismo. Aprender que nosotros dominamos el coche y no al contrario.
Volver a tener una relación sana con el coche y con la carretera es posible.
Referencias bibliográficas:
- Gómez, A. H. (2017). A propósito de un caso: Mindfulness y terapia cognitivo conductual aplicados para el tratamiento de la amaxofobia. Revista de Casos Clínicos en Salud Mental, 5(1), 77-97.
- Marín, S. S. (2017). Evaluating the effectiveness of a program designed to overcome the fear of driving or amaxophobia. Securitas Vialis, 9(1-3), 35-40.