El buen estado de la piel es el resultado de la suma de una serie de elementos cruciales. La hidratación, la buena circulación y los cuidados ante la exposición de los elementos, se unen a una buena nutrición para tener una piel saludable.
Dicen los abuelos que los ojos son el espejo del alma, pues bien, la piel es el espejo de la salud. Nuestro órgano más grande habla por sí mismo y expresa el estado general de nuestro cuerpo, así como nuestra salud en general.
¿Por qué es importante cuidar la piel?
La piel representa la primera línea de defensa de nuestro cuerpo.
A través de la piel, nuestro cuerpo puede protegerse de los elementos externos, incluyendo los rayos del sol y los tan temidos rayos UV.
La piel tiene una capacidad de absorber y repeler la acción de estos rayos de manera eficiente. Aportando al organismo una barrera de defensa de vital importancia.
Por otro lado, la piel actúa como el principal termorregulador del cuerpo humano. A través de los folículos pilosos, el diámetro de los poros y la producción de sudor.
La piel nos permite adaptarnos de manera extremadamente eficiente a los cambios de temperatura ambientales.
A través de la piel el cuerpo tiene la capacidad de excretar una serie de toxinas y elementos perjudiciales para la salud.
Sin embargo, todo este funcionamiento sería imposible sin el correcto balance entre elasticidad, producción sebácea e irrigación sanguínea.
La piel requiere de una serie de elementos químicos, hormonales y orgánicos que le garanticen un funcionamiento adecuado.
Mantener una buena salud dermatológica es prácticamente imposible sin una alimentación balanceada y un cuidado de la piel adecuado.
Hemos conversado con expertos dermatólogos y nos han comentado sobre las mejores técnicas para el cuidado integral de la piel y nos han ayudado a definir una estrategia integral para el cuidado de la piel.
Si ves algunos cambios en piel que te inquietan no dudes consultarlo con un dermatólogo, especialista. En España hay muchas clínicas de renombre, como por ejemplo Dermatología Dexeus u otras.
Incluyendo, una óptima nutrición, ejercicios de irrigación e hidratación y los mejores tratamientos para estimular la producción de colágeno y elastina de la piel.
Veamos esta estrategia en 3 sencillos pasos.
Estrategia de cuidado de la piel en 3 capítulos
Capítulo 1: Cuidado de adentro hacia afuera
La piel como un escudo de protección ante los elementos de la naturaleza y principal órgano termorregulador del cuerpo, necesita de un funcionamiento adecuado.
Para ello, requiere de una serie de elementos que le permitan mantener su equilibrio. La producción sebácea, dilatación y contracción de los poros, así como el funcionamiento de los cuerpos pilosos, requieren de fuentes de energía saludables.
La producción natural de colágeno, melanina, elastina y ácido hialurónico, dependen de una alimentación balanceada y rica en alimentos que favorezcan esta producción.
Los alimentos ricos en omega-3 y 6 como las semillas de chía, pescados y aceites de semillas como linaza o soja, ayudan a la buena salud de la piel.
Asimismo, el consumo de pescados azules, huevos y derivados lácteos, ayudan a una mayor producción de colágeno, un elemento clave en la salud dermatológica.
Los vegetales verdes como guisantes, berro, espinaca y espárrago, ayudan a una mayor producción de elastina y ácido hialurónico de manera natural.
Sin embargo, según especialistas en dermatología, la mejor estrategia se logra con una dieta balanceada, en proporciones adecuadas y lo más natural posible.
Capítulo 2: Hidratar la piel como si no hubiera un mañana
La hidratación de la piel es uno de los principales factores de diferencia entre una piel sana y otra que no lo está.
Una hidratación eficiente, es la clave para el buen funcionamiento general del cuerpo. No obstante, la piel requiere de elementos externos de hidratación para un mayor cuidado de su salud.
La piel requiere de nutrientes que contrarresten la acción traumática que produce el sol y el contacto con los elementos naturales. Una piel deshidratada pierde la capacidad de elasticidad y flexibilidad necesaria para su buen funcionamiento.
Es por ello que debemos incorporar a nuestras rutinas diarias una completa hidratación de la piel, varias veces al día y enfatizada en las zonas expuestas.
Cremas con nutrientes, con vitamina C, E o D, con altos contenidos de ingredientes naturales y sin fragancias añadidas, son las más recomendables. También la hidratación natural con aceites de coco, aguacate o papaya, ayudan a mantener una piel tersa, hidratada y tonificada.
Capítulo 3: Tratamientos preventivos
Con el paso del tiempo y la sobreexposición a elementos contaminantes, la piel va perdiendo su propia capacidad de producir los factores de autoprotección.
El cuerpo pierde gradualmente la capacidad de producir elastina, colágeno y ácido hialurónico. Asimismo, la regulación de la melanina y la elasticidad van cambiando a lo largo de la vida.
Es por ello que se recomienda acudir al dermatólogo periódicamente e iniciar una serie de tratamientos que nos ayuden a recuperar estas capacidades perdidas.
El tratamiento láser con luz pulsada, ayuda a la piel a recuperar la producción de sus propios factores de regulación y protección.
El tratamiento láser, ayuda a estimular las células de las capas de la epidermis, dermis y dermis profunda, con el fin de recuperar su normal funcionamiento.
Estos tratamientos ayudan a frenar el progresivo e inevitable deterioro de la calidad del tejido dérmico y epidérmico. De tal modo que se pueden estimular los centros productivos de la piel y así recuperar lozanía y turgencia dérmica.
El tratamiento láser IPL, produce un haz de luz que está recomendado para:
- La eliminación progresiva y definitiva de las manchas de la piel, causadas por desórdenes productivos de melanina.
- La reducción de arrugas en diferentes zonas del rostro, producidas por una pérdida de la tonicidad del tejido dérmico.
- Ayuda a eliminar las llamadas “arañas vasculares”, telangiectasias o capilares vasculares visibles a través de la piel.
Este tratamiento de aplicación sencilla, rápida y con efectos duraderos en el tiempo, ayudan a recuperar la apariencia luminosa, suave y tonificada de la piel.
Combinando una alimentación saludable con una hidratación continua y los mejores tratamientos dermatológicos, podemos recuperar nuestra buena salud de la piel.