La cirugía estética es una de las ramas de la medicina con mas demanda social. Sin embargo, hoy día sigue siendo cuestionada por muchas personas. En este artículo, vamos a hablar sobre los factores psicológicos que debemos tener en cuenta antes de una cirugía estética.
¿Es “malo” hacerse una cirugía estética?
Aunque sé que existen diferentes tipos de cirugías estéticas: mastopexia, dematológica, capilar, étc., no soy ningún experto en el tema. Sin embargo, si he conocido varios casos de pacientes (psicología) que han decidido someterse a un tratamiento de este tipo.
¿Es “malo” desde un punto de vista psicológico hacerse una cirugía estética?. Creo que lo importante, cómo con casi todo en la vida, no es determinar si algo es bueno o malo, si no contextualizarlo.
Los complejos físicos son un motivo de gran sufrimiento para muchas personas. La corriente moralista nos diría al respecto qué: “no debe importarnos tanto lo que piensen los demás”, “que hay que quererse y aceptarse tal y cómo sé es” y qué incluso, “somos demasiado superficiales”.
En mi experiencia trabajando con personas con complejos físicos, la mayor motivación para someterse a una cirugía era dejar de sufrir. ¿Acaso dejar de sufrir es una mala decisión?
¿Problemas de autoestima?
Generalmente asociamos la necesidad de someterse a un cambio físico con un problema de autoestima. Seguramente sea cierto en muchas casos, aunque no siempre es así.
Son las personas más perfeccionistas y exigentes consigo mismas las que piensan en la cirugía. Esto no quiere decir necesariamente exista una baja autoestima.
Si bien es cierto que el perfeccionismo y este exceso de presión es algo que debemos encontrar la manera de suavizar, yo trato de no decirle a las personas que tienen que aceptarse tal y cómo son. Este, me parece un mensaje vacío y facilón. Lo que me importa es la salud y el bienestar de las personas con las que trabajo. Soy de la opinión que si algo te genera sufrimiento, ¿Por qué no cambiarlo?
Aceptarse es lo mejor del mundo, pero no es una tarea sencilla ni muchas veces alcanzable para todos.
Además de psicólogo, soy nutricionista y también trabajo con personas que acuden a consulta para cambiar su físico a través de la alimentación. Paradójicamente, esto suele parecernos mejor. ¿Por qué? Por que se consigue mediante el esfuerzo.
De nuevo, moralismo.
¿Recomendaría cómo psicólogo entonces la cirugía?
Ni sí ni no. Cada caso es un mundo y conviene mirarlo con atención. Lo que sin duda no defiendo son mensajes cómo los anteriormente descritos, por que quiénes los dicen, seguramente no tienen complejos o los que tienen no les hacen sufrir de la misma manera.
Es importante en cualquier caso antes de pasar por el quirófano, elegir una clínica seria que cuente con especialistas con amplia experiencia en el sector, como es el caso de la clínica Dexeus en Barcelona.
En este punto, me encomiendo a la ética profesional de las empresas que ofrecen este tipo de servicios. Considero que es un tema lo suficientemente sensible como para controlar y regular el marketing que se hace al respecto. Suele decirse que el marketing consiste en crear en el consumidor una necesidad que no tiene, y en este caso concreto, me horroriza dicha posibilidad.
Por esta razón, quiero compartir contigo algunos factores psicológicos que deberíamos tener en cuenta antes de someternos a una prueba de cirugía:
Factores psicológicos a tener en cuenta:
- La decisión es importante que no sea impulsiva y que sí sea meditada. Nuestro cuerpo puede sufrir por cambios normales cómo es un aumento de peso y hay algunas otras vías que podemos revisar antes.
- Es importante revisar las creencias sobre nuestra imagen que nos llevan a la mesa de operaciones.
- Conoce a fondo los riesgos y las posibles complicaciones de cada operación. Para ello, cómo te decía anteriormente, es importante dar con profesionales que les importe mas hacer bien las cosas que vende.
- Desconfía de las grandes ofertas y los resultados mágicos.
- Bajo mi punto de vista, antes de someterse a una cirugía, sería importante descartar problemas psicológicos como el trastorno dismórfico corporal. Ya que en estos casos, el problema no se encuentra en el cuerpo, si no en la mirada.