Hasta hace poco, mi conocimiento de Franz Kafka se limitaba a un oscuro escritor que escribió un libro llamado La Metamorfosis, en el que el personaje principal se despierta transformado en un insecto gigante.
Durante una reunión de lectores, aprendí que Kafka es uno de los representantes del grupo de escritores que tratan un concepto complejo en sus obras: lo absurdo – algo así como la incredulidad de que una cosa lleva a otra. Por contra, los novelas de Kafka también rozan acaban el espíritu: que lo divino, en cualquier sentido religioso o filosófico, existe, que hay metas en la vida, que estamos aquí para algo, étc.
Resumen El Proceso
Al principio de la lectura de El Proceso, también nos encontramos con un personaje principal que se despierta – Josef K. – pero en lugar de convertirse en un insecto, se encuentra con dos guardias que afirman que está detenido; pero no le dicen el porqué.
Él, es un importante fiscal de un gran banco (pero que vive en una pensión) y ve a los funcionarios de justicia subordinados desayunando, riéndose de su situación y exigiéndole elegancia frente al Inspector que le informará de que, aunque está detenido, K. puede ir a trabajar y realizar cualquier actividad que desee mientras su proceso está en curso
Dividido en capítulos que separan grandes distancias de tiempo, espacio y a menudo de conciencia, pues a menudo el ambiente de sueño y pesadilla se vuelve difuso, la narración evoluciona con K. descubriendo que la Justicia que le juzga es otra, aunque también tiene jueces y tribunales, y que el proceso contra él es algo que poco a poco consumirá todas sus energía, a fin de probar su inocencia frente a una acusación que nunca descubrirá cuál es.
Si te fijas, esta trama bien podría ser la de una pesadilla angustiante, cargada de simbolismos.
En cierto sentido, esta Justicia puede ser una alegoría de todos los juicios a los que nos sometemos diariamente sin estar nunca seguros – o incluso saber que hemos hecho mal (no hablo aquí en el plano jurídico, sino en el plano social y la culpa). También está la llamada justicia divina, que a menudo pierde la sintonía con la realidad social, terminando por “detener” a muchas personas de una manera similar a la forma en que K. es detenido.
El aspecto más importante de la Justicia durante el caso, es la necesidad de establecer buenas relaciones con los jueces de las más variadas jerarquías para que puedan intervenir en en favor del protagonista, algo que nos remite a la necesidad de caer bien y cuidar la apariencia ante los demás.
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He comentado a algunos amigos que leer a Kafka me ha dado una idea de lo que imagino que debe sentir una persona con adicción:, tal es la profundidad y la inmersión en el ambiente onírico creado a lo largo de toda la novela, que este favorece a la evasión completa de la realidad. Es un libro que sin duda recomiendo leer y que si he incluido en mi página, es porque considero que guarda un profundo sentido psicológico, más allá de la propia historia.
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