El diagnóstico clínico es uno de los temas más controvertidos dentro del ámbito clínico. Hay profesionales que opinan sobre este que es limitado, sesgado y sirve para encasillar a las personas.
Otros pensamos que es una parte esencial del trabajo clínico. El debate está servido.
Esta mismo debate es el que hemos tenido mis compañeros de Integra Terapia y yo.
En general todxs compartimos la visión de que el psicodiagnóstico es esencial, y forma parte de la comprensión de un caso.
En lo que diferimos era sobre si este diagnóstico debe ser devuelto al paciente, cuando y de qué manera.
Si quieres escuchar la charla completa, puedes hacerlo aquí:
¿Qué es el psicodiagnóstico clínico?
Pese a que podamos pensar que el término psicoadiagnóstico es propio de la psicología, lo cierto es que no lo es. Es un concepto que surgió en el seno de la psiquiatría.
Lo cual ya nos puede dar que pensar sobre porqué es rechazado frontalmente por una parte del colectivo de profesionales. Se asocia este con un modelo que medicaliza la psicología.
La primera mención al término apareció en un libro llamado Psychodiagnostik.
¿Adivinas de quién?
De Hermann Rorschach. El autor de la famosa prueba proyectiva Test de Rorschach. Poco se habla del ego de los eruditos de la época, poniéndole su propio a una prueba de evaluación.
Del test, se extrapolaban interpretaciones que se asociaban a determinados tipos de desajustes psicológicos, en lo que sería un primer intento por establecer un sistema diagnóstico. Eso sí, completamente alejado cualquier práctica científica.
Razón por la cual el psicodiagnóstico, se ha vinculado al psicoanálisis y a una falta de rigor científico.
¿En qué se diferencia de la evaluación psicológica?
Explicado por Casullo (1999), la principal diferencia entre el diagnóstico clínico y la evaluación psicológica, es que esta última se distancia del modelo médico y de la polaridad enfermedad – salud.
La evaluación psicológica no sería algo propio de la psicología clínica, si no que sucedería en otros contextos como el educativo o el laboral.
¿Cuál es el objetivo de diagnosticar?
Bajo mi punto de vista, separar lo uno de lo otro únicamente por ese distanciamos del modelo biomédico, a mi me parece algo un tanto reduccionista.
Bajo mi punto diagnosticar nos sirve para varias cosas:
En primer lugar para crear un sistema de conocimiento unificado que nos permita a los profesionales estudiarlo. Es decir, transmitir la información y generar métodos de trabajo en relación a determinados problemas.
Me resulta llamativo que en muchas ocasiones se nos llene la boca diciendo que la psicología es una ciencia, que somos profesionales sanitarios, pero rechacemos cualquier aproximación hacia un modelo clínico.
Por otro lado, el psicodiagnóstico también sirve para construir entidades y por tanto, realidades psicológicas.
A menudo decimos que el diagnóstico encasilla. Genera etiquetas rígidas entorno a las que las personas se organizan y no salen de ahí.
Creo que esto es parcialmente cierto y es uno de los riesgos de este. Que las personas reduzcan a lo que son a una etiqueta desde las que explican y validan su forma de pensar, sentir y comportarse.
Somos mucho más que esto.
Sin embargo, no estoy tan seguro que etiquetarse o limitarse, sea algo en sí mismo algo negativo.
Todos necesitamos saber quiénes somos. Que nos caracteriza. Poner nombre a lo que nos sucede.
Las cosas que sabemos pero que no somos capaces de nombrar, generan confusión.
Estoy de acuerdo en que muchos diagnósticos son duros. Otros tantos pueden ser desacertados o no gozan de la suficiente validez empírica.
Pero insisto, para las personas, poder saber lo que les sucede, darle un sentido y aceptarlo, es positivo.
Sobre el estigma asociado a determinados diagnósticos clínicos podemos hablar en otra ocasión.
La crítica al diagnóstico
Otra de las críticas habituales al psicodiagnóstico tiene que ver con una critica a los sistemas diagnósticos con los que contamos los profesionales.
Es conocido por todxs que organizaciones diagnósticas como el DSM están lejos de ser perfecta. Existen numerosas sospechas de que dicha organizaciones, se fundamentan más en motivos político económicos, más que en estudio científicos.
Las carencias del DSM no son ningún bulo. La psicología está llena de carencias, como ciencia joven qué es.
Yo creo que el modelo psicodiagnóstico que tenemos hoy día esta lejos de ser perfecto, pero es parte del progreso.
También considero que es un error equiparar psicodiagnóstico a poder comprobar si se cumplen criterios diagnósticos DSM o CIE.
Para mí, saber sobre psicopatología y entender los diferentes problemas mentales, es lo que más me ha ayudado a la hora de hacer psicoterapia.
Ir desarrollando en m baúl de conocimientos, una compresión profunda de cada problema psicológico.
Por ejemplo, yo sobre todo trabajo con personas con problemas de la conducta alimentaria. EL beneficio de diagnósticar no reside en poder decirle a una persona que tiene un problema de anorexia.
El beneficio para mí, es poder agrupa bajo la categoría “anorexia”, una serie de conocimientos que tienen que ver con rasgos de personalidad, tipos de apego, carencias y necesidades mas habituales, intentos de solución, como se suele desarrollar el problema, sistema de funcionamiento y muchos otros.
Eso es para mí diagnosticar, ser expertos en comprender los problemas asociados a la salud mental.
Pero como te decía, reconozco las limitaciones de los manuales diagnósticos. Así, como muchas de las críticas asociadas a carecer de una mirada cultural profunda o no incorporar aspectos fundamentales como son los mandatos de género.
Hace unos años, se recogía la homosexualidad como un trastorno psicológico. Evidentemente el sistema se tiene que renovar.
Cómo se hace un psicodiagnóstico
Sé que existen las clásicas entrevistas semiestructuradas o estructuradas. Yo no las he usado nunca.
Para mí lo más efectivo siempre ha sido estudiar y aprender todo lo que pueda sobre los diferentes problemas mentales.
Esto me sirve para poder hacer mis propias exploraciones. Lo que sí hago es utilizar pruebas psicométricas como apoyo diagnóstico.
Bajo mi punto de vista, los test son un apoyo al juicio profesional, pero nunca algo definitivo en sí mismo.
¿Es necesario usar test psicodiagnósticos?
Sé que también muchas personas huyen de los test o les tienen poca fe. Quizás también por pereza, acabamos no usándolos.
Bajo mi punto de vista, son una herramienta muy potente para confirmar hipótesis y recoger información que de otro modo seguro se nos acabaría pasando.
A modo de protocolo, cuando tengo un paciente nuevo siempre le doy 3 pruebas:
- SCL-90-R
- MCMI-V
- Biografía por escrito.
Después puedo utilizar baterías más concretas en función de la hipótesis a confirmar. O falsar, como diría Carmen Soria.
El SCL es una batería con un gran listado de síntomas: ansiedad, ánimo, alimentación, sueño, somáticos, étc.
Es una forma rápida de tener un barrido de todos los síntoma que tiene la persona. Muchas veces las personas se olvidan de comentar algunos aspectos de cómo están y nosotrxs de preguntarlos.
El Inventario clínico multiaxial de Millon es seguramente mi test preferido. Sirve para evaluar rasgos de personalidad, además de otros diagnósticos. Es una forma de anticipar posibles sorpresitas.
Finalmente pido una biografía. Que no es como tal un test, pero si que me sirve para tener de un vistazo rápido la historia de la persona y poder identificar ciertos targets que puedan tener que ver con el motivo de consulta actual.
Un ejercicio similar a esto podría ser la línea de vida.