Siempre he pensado que ser futbolista, pese a lo que pueda parecer, tiene que ser algo bastante duro y para lo que hace falta tener la cabeza bastante bien ajustada.
Son muchos los futbolistas que han reconocido ir al psicólogo en algún momento de su vida: Álvaro Morata, Jesús Navas, Gianluigi Buffon, étc.
A esta lista cada vez mayor, se ha sumado recientemente uno de los mejores jugadores de fútbol del mundo, sino, el que más: Lionel Messi.
Bueno, para ser exactos, casi se ha unido, ya que Messi confesó en una entrevista con Jordi Évole para laSexta que le habría venido bien pedir ayuda psicológica durante los últimos meses.
Soy una persona que me lo guardo todo para mí y no lo comparto y nunca di el paso. Yo sé que lo necesito por lo que hago, por el día a día, por lo que me toca hacer, y que me haría bien, pero no lo hago
A pesar de que mi color es el merengue, siempre he sido un fan incondicional de Messi. No solamente por todo lo que le concierne como futbolista, si no también, como persona.
Siempre me ha llamado la atención lo poco que he escuchado expresarse a uno de los deportistas con más impacto mediático del mundo.
En el mundo del fútbol hay un componente de fanatismo que en ocasiones es abrumador. En muchas ocasiones he leído cómo comparaban a Messi con Dios.
Lo cierto, es que por muy grande que sea la fama, nadie está exento de su humanidad. Esto queda reflejado en su frase “Sé que me haría bien, pero no lo hago”.
Si me diesen un euro por cada vez que escucho esa frase sería tan rico cómo el propio Messi. Bueno, igual no tanto, pero sí que estaría recibiendo un buen sobresueldo.
En consulta psicológica, es seguramente una de las frases que más escuchamos los terapeutas cuando hacemos alguna recomendación a nuestros pacientes. También la escuchamos fuera de la misma, cuando alguien nos pide consejo sobre un problema y le recomendamos acudir a terapia. De nuevo: “Sé que me haría bien, pero no lo hago”.
Resulta que Messi no es tan diferente de ti y de mí.
¿Pero… por qué no va Messi al psicólogo?
Yo no estoy en la cabeza de Messi, así que no me voy a atrever a hablar por él. Sin embargo, si que te puedo hablar sobre algo que llevo observando desde que ejerzo como psicoterapeuta: Cambiar da miedo.
Aunque pueda resultarte extraño, cambiar da miedo, incluso aunque sea para mejor. Las personas que tienen un perfil más evitativo, que le tienen miedo al dolor y que por lo general, son muy sensibles, prefieren mantenerse en su incómoda incomodidad antes que exponerse a sentir el descontrol de lo novedoso.
Ir al psicólogo supone en cierta forma, reconocer que algo no ésta bien en nosotros y entrar en contacto con ello.
No es tan diferente de ir al fisioterapeuta en ese sentido: sabes que va a doler, pero que después, te vas a sentir mejor
¿Es posible que el dolor físico sea menos desagradable que el dolor emocional? No lo sé, pero sí que estoy seguro de algo, preferimos mirar para afuera, porque mirar para adentro, nos da pánico.