“Esa parte de mí frágil y vulnerable, la que tanto me esforzaba por esconder, es precisamente la que hay que explotar, desarrollar, alimentar y celebrar”
Fugas es una especie de diario de abordo del concertista de piano James Rhodes. El libro resulta ser una confesión fiel y sin adulterar de la humanidad, en concreto de la propia del autor.
¿Que es la vulnerabilidad?
Para muchas personas desde muy pequeñitxs, la vulnerabilidad es algo que resulta prohibitivo. La vergüenza y la culpa se instauran, anulando así la expresión natural y llana de quienes somos.
Podría destacar muchos aspectos del libro, pero por sintetizar, lo que más me ha llamado la atención es que a pesar de las continuas alusiones que hacer el autor sobr poder expresarse y aceptarse tal y como es,, sus propias inercias internas se lo impiden y le lleva a esconderse, ocultar los fallos, cuidar la imagen, controlar que nada se quiebre y un largo étc.
¿Quererse más a uno mismo es tan fácil?
Porque por desgracia es así, podemos llenarnos de mensajes positivos sobre aceptarnos tal y como somos y sobre el deber de querernos, pero la realidad es que portamos una serie de mecanismos que nos imperan a tapar nuestro complejos, a aparentar y a tratar de arrancar de nuestro ser aquellas partes de nosotros que nos parecen inasumibles.
Por no hablar de la sensación de que si bajamos la guardia, los demás nos harán polvo.
Ese “quererse” no es un botón, es un ejercicio. Es un ejercicio casi diario, donde tenemos que acostumbrar a nuestro cerebro a experimentar tranquilidad desnudándose.
Hacer un acto de valor donde los demás puedan observar nuestras carencias, y nosotros en voz alta y serena digamos pues efectivamente.
Podemos querer ser vulnerables y que todas nuestros órganos se revelen contra ello, es una batalla larga y que se consigue con práctica. Sin más.
La seguridad se va instaurando mientras rompemos poco a poco con la falacia de tener contentos a todos y esto conlleva mucho autorecordatorio y consciencia de ello, como Rhodes nos enseña en su libro.